El gobierno nacional ha confirmado el envío de un contingente de tropas del Ejercito y la Infantería de Marina con destino a la República de Haití como parte de la "Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití" (MINUSTAH) establecida por el Consejo de Seguridad de la ONU y adoptada en el marco del Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas.
   La citada norma del organismo internacional autoriza el uso de la fuerza para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales lo cual conduce a interrogarse sobre cuales son las razones por las que Argentina se involucra en el conflicto integrándose a una fuerza de Cascos Azules bajo el mando de fuerzas brasileñas legitimando así la intervención militar de Estados Unidos en la isla.
   La decisión política del envío de tropas ya fue tomada por el Presidente Kirchner tal como habían adelantado los medios de comunicación quienes también descuentan que el proyecto de ley que autorice la salida de tropas será aprobado por la mayoría parlamentaria del oficialismo
   Por más que se trate de explicar y fundamentar la relevancia de nuestra presencia militar en Haití, es obvio que existen fuertes intereses que desde Estados Unidos reclaman la participación militar de nuestro país.
    Los principales voceros de éste reclamo fueron los Ministros José Pampuro y Anibal Fernandez quienes admitieron que el envío de tropas argentinas a Haití, es "muy importante" para Estados Unidos.
    Como refiriera "Infobae" en su edición del 10-05-04 "La definición oficial se adoptó en el marco del viaje presidencial a los Estados Unidos la semana pasada. Ese país ya había hecho llegar el reclamo para que la Argentina diera su consentimiento por varios interlocutores como el secretario de Estado, Colin Powell, y el jefe del Comando Sur de los EE.UU., James Hill, entre otros"
   A su vez, unos días antes el diario "Clarín" en su edición del día 07-05-04 que cita fuentes militares expresaba que, "se enviarían entre 450 y 500 efectivos en su mayoría del  Ejercito y un batallón de la Infantería de Marina. Se dispondría de una decena de vehículos blindados Panhard, de la Armada, usados en exploración y transporte. La lista de medios incluiría el hospital reubicable de la Fuerza Aérea y una planta potabilizadora de agua del Ejército. Las tropas irían en avión pero los medios serían despachados en un buque logístico de la Armada"
    Las fuentes consultadas destacaron que la operación tiene un costo "inicial" que alcanzaría la friolera de u$s 10.250.000, cifra que podría ascender si se considera que en Haití no existe infraestructura y como no hay certeza en  cuanto al tiempo real de duración de la misión -habría un período inicial de seis meses-, las tropas asentadas allí deberán autosostenerse, lo cual implica que deberán financiarse con dinero propio hasta que la ONU -quien se hace cargo de los costos y a quien Argentina le adeuda sumas millonarias- reembolse los gastos realizados situación que a veces suele demorar meses o años.
     El Presidente Kirchner ha dicho en su reciente viaje a los Estados Unidos que lo han extorsionado las empresas petroleras y ello configura un hecho de suma gravedad. Acaso no es lógico suponer que similares presiones pudo recibir durante esta visita en la que casualmente trascendieron las expresiones de George Bush refiriendo su deseo de que los Cascos Azules reemplacen cuanto antes a los marines asentados en Haití.
   Nuestro país puede y debe brindar toda la asistencia humanitaria que sea requerida por la República de Haití pero lo que no debe hacer es involucrarse enviando tropas que legitimen la intervención militar norteamericana, cuando Estados Unidos fue quien desató el caos que provocó la salida del entonces presidente Aristide, mediante el financiamiento de grupos paramilitares por parte de la CIA.
   Es innegable la responsabilidad que tuvo Aristide durante  toda la crisis. Con una población que se encuentra entre las  más pobres del planeta, Aristide fue acusado de corrupción y de no haber cumplido lo que más pregonaba en su mandato popular, que era mejorar la situación económica del país. Sin embargo, prefirió adoptar las metodologías que le impuso Estados Unidos.
   La situación actual es difícil y confusa y todo el movimiento popular que se levantó en su contra se origina en la traición de Aristide al mandato popular que tenía al llegar al poder en 1991. Es curioso observar como en América Latina se repite el mismo escenario: los pueblos confían su mandato a gobernantes que lo incumplen siguiendo las recetas que le imparten desde los centros del poder económico, implementando planes de ajuste estructurales muy severos con consecuencias negativas para ellos.
   ¿Que hizo Estados Unidos en Haití? Al principio del gobierno de Aristide fue un tenaz opositor,  porque tenía un discurso antiimperialista y tenía una base popular bastante fuerte sobre todo en los barrios populares. Pero cuando termino esa etapa y Aristide comenzó el acercamiento con Estados Unidos, en Haití se evidenciaron cambios importantes y muchas de las provincias populares que antes lo habían apoyado se volcaron a la oposición.
   Haití enfrenta hoy un proceso de construcción de un consenso nacional, pero también una transición hacia la normalización de la vida política y el desafío de encarar un proyecto nacional.
   La viabilidad de este proceso fue saboteado por Estados Unidos provocando la salida de Aristide de manera muy cuestionable, con métodos autoritarios, totalmente inaceptables y creando una situación de caos, con el financiamiento a través de la CIA de bandas paramilitares que supuestamente se presentaban al lado del movimiento democrático pero que de hecho recibían sus órdenes de la CIA.
   Esta situación de caos fue aprovechada por Estados Unidos para intervenir Haití a lo que luego sobrevino la resolución de Estados Unidos y de Naciones Unidas así como también la intervención militar directa de tropas de Estados Unidos, de Francia, de Canadá y de Chile.
   Cual es la razón por la que nuestras tropas deben involucrarse en una fuerza de estabilización democrática que legitime la intervención norteamericana impidiendo que el pueblo haitiano resuelva la crisis a la que fue sometido por los mismos intereses que pretenden tutelarlo en estas aciagas circunstancias.
   Sin lugar a dudas, la presencia de tropas argentinas en Haití, por meses o años -quien puede saberlo- configura una situación de tutela, y de control externo que es totalmente inaceptable para el pueblo haitiano.
   No podemos convalidar una intervención militar que luce humillante a los ojos de su pueblo,  justamente en el año 2004 cuando se conmemora el bicentenario aniversario de su independencia y en un escenario donde la agenda política y las reformas políticas que puedan sobrevenir son definidas por los Estados Unidos.
Jorge Dossi  -   2004