DESCONFÍA
Publicado en Apr 29, 2009
DESCONFÍA
Si vas a una casa demasiado lujosa, llena de cuadros, alfombras y cojines, desconfía. Si en esa misma casa, sin conocerte, te invitan a tomar el té, o cualquier bebida espirituosa, desconfía. Si te sientan alrededor de una gran mesa dispuesta para un inocente juego de cartas, desconfía. Si ves que por las puertas laterales entran y salen primorosas chicas medio vestidas, sonriendo y saludando candorosamente, desconfía. Si al estar sentado junto a la mesa sientes que una mano femenina resbala entre tus piernas, desconfía. Si esa misma mano te abre la bragueta, y empieza a masturbarte pausada y vigorosamente, desconfía aún más. Desconfía, porque en ese mismo instante la compañera de aquella mano que te oprime, sustrae sin que te des cuenta el alma de tu cartera, y estás a punto de ser botado a la calle por dos atléticos guardianes, sin ninguna explicación. Comprenderás entonces que caíste en una trampa, siendo cliente involuntario de un prostíbulo que mejora sus ganancias con un discreto garito.
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Juan Sambra
Gore