Sr. Muerte
Publicado en Jan 23, 2010
Era de noche, el viento se escondía de la vida misma. La luz no existía y una vela alumbraba el brillante ingenio de un poeta en su aposento, el poeta vivía solo, en la casa que creció junto al abrigo de su padre. Sin madre pues falleció al dar vida a este mismo poeta, Nunca se preocupo por el amor y por tanto y tanto "Asemejaba su soledad continua cual reflejo de su padre" ; De pronto en esa noche sin luces artificiales , las cortinas quedaron mudas y estáticas , las luces de las velas se convirtieron en humo y solo el poeta se mecía en la oscuridad de su habitación, soltó una sonrisa , con la cabeza cabizbaja y Dijo:
Poeta: -Un saludo Sr. muerte Veo llegas a estas horas, horas en que escupo algo de vida. Ya entiendo, llegas y tocas mi puerta. Pues toca partir al otro lado. Donde no se muere, porque estás muerto Donde no Juzgan porque fuimos juzgados Seguro no hay impostores, Y los dolores serán fugases cuando usted lo nombre. En este lazo de tiempo, el poeta miraba a la figura sobrenatural que no hablaba, solo levitaba sobre las pocas hojas no ralladas de su escritorio, el poeta se coloco de pie sobre aquella silla de roble echa por sus mismas manos, en una tarde de abril, extendió sus manos al paralelo de su torso y dijo: Poeta: -Para que venir a coleccionar mi alma recóndita, un poeta que a menos solo cumple un papel algo enfermizo en la vida. Disculpe Sr. muerte, déjeme escribir una última balada Descomunal que decaiga un aureola Y solo yo la pueda ver... ¡Lo esperaba! y a decir verdad inconmovible, pues siempre Mantuve claro que es imposible resistir el único Grado. ¿Eras tú Sr. muerte? , ¿Eras tú? el que me arropo cuando una serpiente amanecio en mi rostro, OH, son mis delirios, los que me confunden ahora... Deje que termine este poema para finiquitar nuestro encontronazo. ¡Adiós nubarrones!, mi yo pasquín. ¡Sr. Muerte! ¿Por que trajo guadaña? si es su dedo quien toca mi pecho y me hará partir.... Sr. muerte = ¿Has terminado? El espectro tomo forma de verdugo, alzó su guadaña y en medio de tantas palabras sin esdrújulas, la bajo en descenso rápido sobre la cabeza del poeta. El fuego retomo misteriosamente la mecha de la vela, y el poeta despertó de un brinco tumbando el escritorio, miraba alrededor con preocupación pero solo veía el movimiento de las cortinas y los libros sobre la mesa. Era de día y el viento se escondía aun de la vida misma. ELI DURAN (CARTAGENA COLOMBIA)
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Marìa Vallejo D.-
Ha pasado el tiempo y sigo esperando más textos, amigo mío. Ánimo.
Texto de buena factura.
Abrazos
María
Eli
luis jos
Luis.
Eli
alma
Eli
Nayadeth Muoz
en algun momento me puse en los zapatos del poeta... fue extraño.
te dejo cinco estrellas.
me encanta!
un beso, adios.
Eli
Eli
Eli