LA TORTUGA TORUGA
Publicado en Jan 23, 2010
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Dicen que podemos saber la edad de una tortuga cuando contamos los anillos de su caparazón... ¿qué pasaría con una tortuga que no tiene anillos en su cubierta...?
Toruga era la menor de 167 hermanas.  Teruga y Tiruga, sus hermanas mayores de la novena incubación, se burlaban de ella porque su caparazón era liso... ¿cómo sabría ella su edad?
•-         ¿Mamá, qué edad tenías tú cuando me incubaste? - interrogó Toruga.
•-         Aproximadamente unos 34 años, tú fuiste el único huevo que sobrevivió en las arenas de la Playa de Quelonios.
•-         ¿Mamá, cuántas veces han contado los anillos de tu caparazón?
•-         No lo sé hija.  No lo recuerdo..., fue hace mucho tiempo...
•-         ¿Cómo sabré mi edad?
•-         Toruga, lo más importante es saber qué has hecho con tu vida, sólo los científicos cuentan nuestros anillos para saber un poco más de nosotros.
•-         Mamá, lo que pasa es que Teruga y Tiruga se ríen mucho de mí, no tengo amigas, a todos les parezco rara...
•-         La rareza no es pecado, a veces se convierte en belleza... Mira las flores, todas son distintas.  Por ejemplo la rosa: suele ser de color amarilla, roja, blanca y rosada; tiene una larga vara con espinas para que no le causen daño; desprende un aroma muy especial; ilumina y alegra el lugar con su belleza y prestancia...
•-         Pero no viven en una comunidad como nosotras.  Me hubiese gustado tener los anillos... - Toruga asomó una lágrima por sus ojos, lo que hizo entristecer a su madre.
•-         Hija mía, no es el momento de llorar, es el día especial para que des un paseo, observes y descubras las maravillas de este planeta.  Pronto será la fecha para que llegue de la playa de San Antonio un novio y formar tu propia comunidad...
Toruga no se convenció, pero igualmente secó sus lágrimas con una hoja y emprendió su marcha.
Cuando salió de su madriguera se encontró con una abeja que se posaba sobre las flores:
•-         ¡Hola amiga...! ¿Me podrías decir qué haces? - consultó Toruga.
•-         ¡Hola...!  Estoy polinizando - contestó la abeja.
•-         ¿Qué es polinizar...? - consultó la tortuguita.
•-         Significa que voy de flor en flor y en mis patas llevo el polen que se encuentra en el estambre hasta el pistilo.  Así se forman nuevas flores... - agregó el insecto.
•-         ¡Qué raro..., jamás había escuchado algo así! - acotó la pequeña.
•-         Raro me parece a mí que las tortugas escondan sus huevos en la arena, a orillas del mar.  Si las olas vienen con fuerza, arrebatan los huevos y se los llevan para entregarlos de alimento a los peces... ¡esto sí es raro...! - comentó la abejita - ¡adiós...!
De pronto un cangrejo con la frente fruncida se acercó a nuestra amiga:
•-         ¿Quieres acompañarme a nadar? - consultó con desgano.
•-         No puedo alejarme aún de la orilla... Hay muchos animales acuáticos y algunos me pueden comer, les parezco un sabroso bocado...
•-         Yo te cuidaré.  Mis patas son unas verdaderas tenazas y si atrapo a alguien no lo suelto jamás...
•-         No, gracias.  Te agradezco la invitación, pero me espera mi comunidad... - dijo  Toruga con desconfianza.
¡Zuap! Dijo el cangrejo tomando con su pata derecha una pulga de mar...
Una gaviota cansada de volar, se posó cerca de la tortuguita:
•-         ¡Qué lento caminas!  ¿Tú también estás cansada...? ¿Estás enferma...?- interrogó.
•-         No, nosotras las tortugas caminando lentas.  Nos pesa el caparazón... - de pronto advirtió que había pronunciado la palabra tan temida  "caparazón".  Ella se daría cuenta de su imperfección y no sólo sus hermanas se reirían de ella, también las otras especies - no es fácil caminar con ella...
•-         Tu caparazón es muy especial, es bella... ¿puedo dibujar en ella? - consultó la gaviota.
•-         ¿Dibujar...? ¿Qué dibujarás...?
•-         Soy una gaviota artista.  Yo soy la autora de todos los dibujos que se encuentran en las rocas, me gustaría pintarte un sol para que te alegre y te de su calor, una luna para que recuerdes descansar y una linda sonrisa para que disfrutes de tus amigos...
•-         ¿No la encuentras extraña...?  - consultó algo preocupada por la respuesta.
•-         Me gusta porque es "natural" - tomando un trozo de tiza blanca dibujó.
•-         "Natural"..., me gusta ese término... - pensó Toruga.
Con su dibujo a cuesta llegó a su casa feliz.  Teruga y Tiruga al ver su caparazón exclamaron al mismo tiempo:
•-         ¡Ahora es una tortuga pintada... ja, ja, ja...!
•-         No.  Es un caparazón "natural"... - dijo muy segura.
Su madre estaba muy contenta de verla tan feliz, pero al cabo de una semana ella se puso más dichosa cuando llegó el anhelado novio, don Turago... ¡qué sorpresa...! ¡Él también tenía liso su caparazón...!  Pero en vez de un dibujo traía sobre ella muchas algas de regalo para su tortuga.
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Foto del autor Antonia Pars
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Descripción

Una tortuga no est feliz por tener su caparazn distinto al resto, pero hay otros como ella...

Palabras Clave: Tortuga mar diferencia amistad alegra amor unin

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Infantiles


Creditos: Antonia Pars

Derechos de Autor: Reservados


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