GLADYS MARÍN MILLIE
Publicado en Jan 23, 2010
Hoy,
el amanecer fue gris... Domingo seis de marzo del año dos mil cinco... Las nubes se entrelazaron para cubrir el cielo azul, en señal de duelo. De madrugada, un alma dejaba su fatigado cuerpo, producto del cansancio y del dolor... De un dolor no sólo físico, también de aquel que nos aprieta el corazón, que nos angustia y no nos permite llorar... Gladys Marín se había rendido a esta vida... Miraba a su alrededor y encontraba rostros acongojados, ojos enrojecidos por las lágrimas... Lágrimas que ella no podía derramar... De madrugada, los ángeles vinieron a su encuentro. Traían consigo un mensaje del Señor: "Gladys, eres una mujer especial..." - ¿Eres...? - se preguntó confundida... - ¿Pero, acaso seguía con vida...? Los ángeles le respondieron "Eres" porque sólo tu cuerpo quedó atrás... Mientras haya alguien que mantenga vivo tu recuerdo, existirás, más allá de sus propias vidas terrenales... Ella era una idea, un concepto, un ejemplo para las generaciones luchadoras... ¡Ella estaba viva...! Alegre, se le acercó un Maestro Espiritual: - "Cumpliste tu misión..." - le informó. Ella observó su cuerpo. Lo cubría sólo una larga bata blanca. No había delgadez, no había dolor ni cansancio... Habían desaparecido las huellas de la enfermedad... Ahora se sentía liviana... ¡Hasta podía flotar...! Siguió al maestro en compañía de los ángeles... Delante de ellos, otras almas esperaban a Gladys... Varios, eran rostros conocidos... Familiares y amigos estaban allí... Alguien se adelantó con los brazos abiertos... - ¡Jorge...! - musitó ella... y caminó más rápido... Sí, era su amor terrenal... El padre de sus hijos: Alvaro y Rodrigo. Gladys les había entregado lo mejor: sus ideales, valores y su gran amor... Ellos ya eran adultos y continuaban su misión en la tierra... Ambos amantes se abrazaron, y acariciaron el rostro del ser querido, respectivamente... Ahora, conocerían el amor espiritual... Los años habían desaparecidos... Eran dos almas gozando el ansiado reencuentro... Tal vez, en otra vida, retornarían juntos y continuarían luchando por sus ideales... ¡Ya no sería sólo una quimera...! Unieron sus manos y juntos, fueron al encuentro del Señor...
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|