El apátrida llena los cultivos de hambre:
Su orientación es sólo subsistir.
Anda en las sequías lanzando dentelladas
es un volúmen magro que se crece en el viento.
Es un anémico de rostros espectrales
que porta la máscara del azoramiento.
Pasa a través de la mirra y el hielo
y es tedioso pordiosero ante la mar picada.
El apátrida es un reflejo en busca de un escondite
y es cáscara vacía que huye de los sabuesos.
El orbe es su columna y sobre ella se recuesta
y a veces se pierde en un rumor sin tiempo.
El apátrida lleva el suplicio propio de los criminales
pero no es más que un galgo huesudo que adelanta su súplica.