Prepara la baraja el mantuano:
Ya sabe inocular plomo a los dados.
Es pétreo tras el festín opíparo
donde arregló la boda de su hija.
Es el truculento de la burguesía
y heraldo en causas despreciables.
El mantuano es diestro en adiestrar a sus potros
y ocurrente y sucio a la hora del litigio.
Su conciencia transcurre en el claroscuro
y su mérito fue nacer en cuna de plata.
Es persistente en sus tradiciones
y se sonríe del convalecer de la plebe.
El mantuano es un manifiesto de niebla
que ya fue desechado por los siglos.