Saboreo un amanecer sin amancillamiento
parado en mi balcón opalino.
Iré a la ingesta del diario papeleo
para decrementar mi aumento de salario.
Proferiré palabras indecisas
que serán omitidas por los seres concretos.
Diré ciertos adjetivos aclamatorios
y se me devolverán malhabidos epítetos.
Saborearé la sobriedad del café
y esperaré ansioso la tregua del mediodía.
Tendré que dirimir entre dos primitivos
y poner distancia entre seres primerizos.
Aclamaré a la hora de salida
para ir al feriado o acudir al cinema.
Mis días transcurren sin saberse
para los bienacidos que no me conocen:
Yo soy para ellos inexistencia
y ellos,para mí, algo más que la nada.