CALLA, NO DIGAS NADA
Publicado en Jan 29, 2010
Al llevarla a su departamento el auto se descompuso, así que prometió portarse bien y dormirse en el sillón si lo dejaba quedarse hasta el otro día. Con su marido fuera de la ciudad por motivos de negocios, la oportunidad que se le presentaba era inmejorable.
Lo único que la podía detener era eso que los demás llaman prudencia. Y es que bastó que cenaran juntos para comprobar la misma atracción que sentía en el reflejo de sus ojos. Le dio las buenas noches, pero más tarde, se levantó y sin dudarlo mucho, caminó sigilosamente desde su habitación tratando de evitar el menor ruido. En medio de la penumbra, giró la perilla de su puerta y con pasos temblorosos, fue acercándose al sillón de la sala hasta sentarse a un lado. -Calla, no digas nada -le murmuró Sofía, mientras se colocaba el dedo índice en medio de la boca. -Es cierto lo que dicen -pensó él, nadie sabe para quién trabaja.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|