OFRENDA LINGSTICA
Publicado en Jan 29, 2010
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Te doy todas mis palabras:
las tristes,
como los poetas tristes de principios del siglo XIX;
las dulces,
como el mamey, la caña o la papaya;
las saladas,
como mis propias lágrimas.

Te doy
mis palabras tiernas,
como las hojas de una lechuga romana;
las que no se quejan
ni tampoco lloran por nada;
las que están llenas de esperanza como yo,
yo te doy.

Te doy mis palabras húmedas,
como los campos de arroz húmedos;
las expuestas,
como las raíces del mangle rojo;
las aéreas,
como las lianas y los helechos;
y por ende,
todas las selváticas.

Te doy todas mis palabras:
las que vuelan como las golondrinas,
las que caminan como tarántulas,
las que nadan como los peces de Argentina.

Te doy
mis palabras más risueñas,
semejantes a las niñas que juegan
en las calles,
en los parques,
en las escuelas.

Las más simples te doy,
y las que están llenas de filosofía
también te doy;
las metálicas,
como las campanas de medio día;
las acústicas,
como las guitarras.

Te doy
mis palabras amarillas
hechas con los girasoles de toda la Rusia.
Incluso,
te doy también,
mis palabras nostálgicas.

Te doy,
todas y cada una de mis palabras,
las que madrugan toda la semana
y
las que se quedan profundamente dormidas;
las que sueñan,
las que cantan,
las que acarician;
las que llenan de blancura todas mis hojas blancas,
las que llenan todas las marquesinas,
las que colman esta página y todas las páginas;
las que llueven como el agua,
las contenidas en las nubes que casi estallan,
las que están llenas del rocío de la mañana.

Te doy mis palabras breves,
las que duran mientras se pronuncian,
las que se afanan por permanecer en la oquedad del alma,
las que he dicho sólo una vez,
las que no he dicho jamás,
las repetidas,
pero que parecen por primera vez pronunciadas;
y te doy,
las palabras que expiran al final del día.
Te doy
mis palabras llanas,
que más abundan;
las agudas,
como la punta de una espada;
y las esdrújulas.

Te doy todas mis palabras
las redondas,
como el domo de la Catedral de Florencia;
las delgadas,
como una hebra;
las delicadas,
las etéreas,
las elásticas.

Te doy
todas y cada una de mis palabras;
las que me faltan por escribir,
las que escribiré mañana
y las que no escribiré nunca.
Te doy
mis palabras rubicundas como las manzanas;
las noctámbulas,
te doy;
también,
las crepuscularias.

Te doy mis palabras recién nacidas
mis palabras hedónicas y edénicas,
las que tienen faltas de ortografía,
las que brotan de mi garganta a borbotones,
las que caen gota a gota,
las corpulentas,
como una montaña;
las impetuosas,
como los ríos de Sudamérica;
y las que termianan en el mar de la tranquilidad eterna.

Te doy todas mis palabras,
las más profundas,
las más sonoras,
las más traslúcidas;
las que son brillantes,
como la misma plata;
las que tocan todos los rinconcitos de tu casa,
las que son como la música,
y como el rocío
que acaricia el cuerpo leve de las hojas lívidas;
las que como frágiles bailarinas
danzan en el pentagrama de la vida;
y te doy,
las palabras que provocas
al pulsar
cada una de las cuerdas de tu alma.
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Foto del autor Joe
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Descripción

Palabras Clave: arpa palabras

Categoría: Poesa

Subcategoría: Romntica



Comentarios (9)add comment
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Enrique Dintrans Alarcn

Estimado José Antonio:

Un poema extenso en que el hablante pone de manifiesto la Palabra como ofrenda y don. La palabra eco que se despierta a la interpelación de la música de una arpa misteriosa. Es abundante y versátil en describir situaciones comunicativas llenas de matices y colores. Introduce al lector en un viaje maravilloso.

* Lo llevaré a un texto blog interno de TEXTALE que tengo dedicado para destacar a poemas y sus autores.

Saludos
Saludos
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May 08, 2011
 

Jos Antonio

Gracias, Enrique...
Responder
April 02, 2017

Verano Brisas

José Antonio: Ha sido un placer y una enseñanza el haber leído este magnífico poema tuyo. Felicitaciones. Cordial saludo de Verano.
Responder
April 01, 2010
 

Jos Antonio

Ha sido un placer compartirlo con ustedes...
Responder
April 15, 2010

Roberto Langella de Reyes Pea

Sí, sé que tenés tu Akira privada, además de la histórica.
Responder
February 01, 2010
 

Jos Antonio

Akira, no existió nunca, amigo Roberto, fue una imagen creada por mí... Hasta hoy me doy cuenta de esa realidad. Desperté de mi sueño que quiso ser eterno, pero fue avasallado por el peso de la tierra y no de las nubes.

Un abrazo.
Responder
April 15, 2010

Roberto Langella de Reyes Pea

Sí, creo conocer ese tipo de experiencias, y no sé si hay alguna lección que aprender al respecto, o no sé si de existir yo querría aprenderla. Vivir con intensidad insume riesgos, siempre, y tener "alma de poeta" significa vivir con intensidad, hablando respecto de las emociones, los sentimientos.
Me alegra verte por aquí otra vez.
Responder
April 15, 2010

Jos Antonio

Pero tú, Roberto, sabes bien a la Akira a la que me refiero...
Responder
February 01, 2010
 

Jos Antonio

Gracias, amigo:

Este reportorio de palabras también es parte del misterio de Akira, que siendo mujer se vistió de hombre para luchar contra las huestes contrarias al Emperador y salvar su propia vida, según una leyenda china.

Afectuosamente

José Antonio
Responder
February 01, 2010
 

Roberto Langella de Reyes Pea

Bellísimo. El catálogo más completo sobre palabras, que haya leído nunca, además. Abrazos.
Responder
February 01, 2010
 

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