Arrastro en mí el saqueo de los años:
Halo el carretón del medio siglo.
Soy deleble a los ojos de las vacadas.
Soy un borrón que insulta a las tropillas.
Me he concentrado en todos mis acérrimos
y es menuda y menos cuantiosa mi respiración.
El viento me lanza garabatos palúdicos
y me vuelvo enredo entre dibujos.
Me acerco al cuido de la acacia
para escaparme del escozor solar.
Ante mí se desintegra la vida aguafiestas
y siento estertores rondando mi garganta.
Pero echaré a un lado mi incapacidad
y rebrotaré en la rebeldía de mis años mozos.
Todavía tengo sueños que crear
y engendrar hijos que esperan en el limbo.
Seré por tiempo flor epitelial
y estallaré con furia en vientres ansiosos.