P U T A
Publicado en Feb 05, 2010
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La envidia va tan flaca y amarilla porque muerde y no come
Quevedo

Cortarle el cuello a una adolescente podría tener más honor que canjear secreciones bajo tu sábana.

De hecho, eso fue lo que hice cuando la niña creyó humillarme ante mi concluyente impotencia.

Fue un momento delicioso de realización y vindicta. Mientras veía mi cara torcida reflejada en sus pupilas, la amenazaba con la punta de mi cuchillo semihundido entre la epiglotis y el hueso hioides, justo donde nacía su capacidad de proferir insultos. Cuando rogó mi perdón y mi piedad, le sonreí y le dejé en claro que mi impotencia era extensiva a esos elevados sentimientos. Entonces comprendió el alea jacta est como una docta rea, y recibió cálidamente el centimetraje del metal. Era lo que más se asemejaba a mi miembro penetrando a una mujer, en tiempos mejores.

No, no. No debes temerme. Para mí es un privilegio poder hablar en voz alta de estas cosas profanas con una sacerdotisa del placer.

¿Qué te hace pensar que administras un pequeño gran poder? ¿Con qué autoridad clasificas orgasmos hurtados por el tamaño de las billeteras, el grado de perversión, o la autoestima de tus clientes?

Declaras tu superioridad carnal cuado garbeas tu cuerpo bendecido por ilustres demonios en ese salón de terapeuta, aggiornado de penumbras y olores a semen flotante. Te saludan ambulantes aparatos carnales que no quieren reproducirse, espejos erróneos colgando apenas de paredes medianeras, sombras de cantineros de herrumbrosa expertisse y mañas tristes, autómatas lisonjeros del fracaso, arlequines arrojados de algún trunco experimento matemático, mini-egos trepantes desde los zócalos, dulces y esperpénticos homúnculos ansiosos.

Y entonces te enseñoreas del paraíso. Te sientes imbatible desde tu anatomía asesina. Nadie está a tu altura, mientras los motivos de las miradas sigan enhiestos, como los penes que te juran obediencia, sin dudas ni murmuraciones.

Y todos, batallantes húmedos, tembleques, de moral acucarachada, agachan a tu paso la cerviz plástica, que antes enarbolaron para moler a golpes a todos en casa.

Y yo sigo preguntándote ¿es todo esto que recapitulo el origen de tu poder?

¿O tal vez sea que te alimentas también de tus habilidades en la era de la competitividad? ¿Que tus rivales deben ser aplastadas como moscas en la pared, que mientras más genitales te levantas eres más mujer, o más puta, que, a esa hora y en ese nido blasfemo, es lo mismo? ¿Que tu vanidad es un altar urgido de diarios sacrificios en los cuales has sido rotundamente exitosa?

Lo que yo pienso es que el poder que ejerces sobre hombres y rivales, como la deidad autoerigida sobre los escombros de tu infancia roída por caníbales familiares -según me cuentas-, y el imperio dinerario que cada noche nutres con tu eficiente vulva, son suficientes para ignorar el juicio social, la cancelación de tus protocolos morales, en suma, la irreversible lapidación de tus otrora semejantes.

Y por eso te maldigo y te admiro. Y ciertamente te envidio. Porque me falta mucho para alcanzar esa jerarquía de superioridad sobre el vulgo de ‘lo aceptado' por la civilidad reinante. Lejos estoy siquiera de arañar ese elegante porte de insurrección crónica, de orgullo y soberbia devenido de una decisión dura y valerosa, se sentirme alguien, no despojando a otros de su existencia sino afirmando la mía.

Pero creo que puedo comenzar ahora. Tal vez dando un vuelco a mis apetencias. Esta conversación que me has concedido -y que ha sido más un soliloquio- ha de mantenerse en reserva por el pacto tácito entre negociantes, y será el impulso que requería.

Gracias por escucharme. Ahí están tus doscientos dólares. Ahora, ¿me prestas tu lipstick?

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Foto del autor JAVIER MONROY
Textos Publicados: 29
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Descripción

RELATO

Palabras Clave: CBRATE

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



Comentarios (4)add comment
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Amigo, no sé si fue catarsis, pero es bueno decir aunque sea escribiendo. Yo creo que es un mito, la erección masculina, como todo ser humano debe estar en paz consigo mismo, con las condiciones ambientales adecuadas y asi funcionar. Si es una esposa enamorada, ambos se darán un fuerte abrazo y rumiarán que hacer para ayudar a otro Porque para eso está el amor. Si es comprado se corren esos riesgos del CUANTO ME PAGAS. Por eso es esencial el amor. Con mucho cariño lera
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February 05, 2010
 

Verano Brisas

Excelente texto literario, escabroso y de una iracundia triste y desolada, porque así es a veces la impotencia. Como a todo ser sensible, las putas te mueven el piso de alguna manera. Cordialmente, Verano.
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February 05, 2010
 

inocencio rex

tremendo., genial.. excelente todo: el discurso y su remate.. aplaudo
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February 05, 2010
 

Johel K. Delacroix

Worales!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Otro poeta maldito y herido.
Saludos, buenisiiiiiiiiiiiimoooooooooooooooooo.
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February 05, 2010
 

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