Duermo al lado de tu formato.
Con mis manos te lleno:
Sublime escrito.
Con mis besos reescribo la forma de tu cara.
y apareces, reposada, en tu talle de libélula.
Te remites a una piel instantánea,
a una condensación súbita
a un caos ordenado y cadencioso.
En una botija traes vino
en otra, besos araucanos.
Batallamos en las tretas de la cama
en la solitud de la independencia.