Entre los puertos perdidos
veo desleerse el mar en sílabas.
Siento mi estructura precámbrica
y la disolución de mi cuerpo en su átomo.
Las gaviotas son sólo impresiones
bajo las experiencias del ocaso.
Los barcos son todos terminales
que se borran desde sus ventanillas.
Las bahías se cierran y reunen
y se duerme sin aviso el hemisferio.
Entre tantas notas imperfectas
siento los solos de mi imperfección.
Mi alma es espúreo y soledumbre
sobre las olas siempre desmedidas.
Pero sueño con una rubia aleonada
a la que llenaré de besos y de elogios.
En la conmutación de los minutos
me siento el único hombre triste enamorado.