La Libelula - Parte 1
Publicado en Feb 21, 2010
Mi taxi está parado en el asqueroso transito de un Buenos Aires de viernes a la tarde, suena mi celular. “Si, hable…” “Le comunico que falta 1 hora para que tome su vuelo, Sr.Gomez” “Que vuelo?.. Quien habla?...” “abra su maletín ahí encontrará todo lo que necesita, y recuerde que lo estamos observando” “debe haber una equivocación señorita yo no soy Gómez…” se corto el llamado
Si, algo le faltaba a este lluvioso viernes es que me agarre este transito y que me confundan con el bobo de la oficina. Gómez ese patético hombrecillo, Su pelo engominado y sus anteojos de vidrios gruesos denotan una figura de andar torpe, Ja!! Pobre Gómez vive llevándose las cosas por delante. Aparte confundirme a mi, 1.90 mts de estatura con ese alfeñique de 1.50, si hasta parece que su madre lo viste, zapatos negros del tipo escolar con suela de goma bien ancha, sus pantalones marrones con viejas manchas de quien sabe que, su estúpida camisa verde agua y ese suéter a rombos, ahgggg!! Su mal gusto me hace doler los ojos. La vez pasada uno de los muchachos, Troiani el cadete nuevo, quiso jugarle una broma a Gómez, la misma broma que se hace en cualquier oficina, le pego un papel en la espalda, que decía “pegue Aquí” e íbamos todos y lo palmeábamos fuerte en la espalda. No se que fue de la vida de Troiani, creo que lo transfirieron a la dependencia de Córdoba, no sé al fin y al cabo cadetes son los que sobran, distinto es que me transfieran a mi, ah! yo si soy indispensable…. Por fin se mueve este condenado taxi, y otra vez el celular “Siii…” atiendo fastidioso y la misma vos de mujer me dice “Sr.Gomez acate las ordenes que le dí, revise su maletín y regrese a destino, o tomaremos serías medidas, y ya sabe de lo que somos capaces” “Pero señorita ya le dije que yo…” cortó de nuevo la condenada. La curiosidad me ganó y abro mi maletín, una 9mm niquelada apareció en primer plano rodeada de otros papeles una visa, un pasaporte y un grueso fajo de dólares. En el fondo un sobre de papel madera se encontraba cerrado por un hilo, “Vamos por Panamericana,…” le dije al taxista, que gracias a dios era de los que manejan y no hablan, si hay algo que odio son los tacheros que se las saben todas, patéticos, si supieran tanto no estarían manejando un taxi. Tomé el sobre y lo abrí, metí la mano y saque la quinta hoja de un viejo informe de defensa que se había descartado hace muchos años en la oficina, se encontraba garabateado pero me lo conocía de memoria, ya que había realizado la corrección del mismo, pero terminamos por descartarlo, dado que sería raro que no siendo nuestro país una potencia nuclear alguien se le ocurriera atacarnos con una bomba o algo así. Sacudí el sobre que parecía vacío y cayó una servilleta de papel como las que te dan en los cafés con su doble borde de color azul, en una de sus esquinas tenia el dibujo de una libélula, la abrí tenia varios puntos escritos con horarios, nombres, direcciones y ordenes precisas, miré mi reloj y ya habían pasado 5 minutos desde el primer llamado. Observo el primer punto y dice: Panamericana bajada San Fernando – Aeródromo – Bell Air Company
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inocencio rex
Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
Felicitaciones
Ricardo Fernndez
Ricardo Fernndez