La Libelula - Parte 3
Publicado en Feb 21, 2010
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para que atienda sus asuntos, pero recuerde que como buen hombre de negocios me cobro las garantías…”
 
Nuevamente sentí un golpe que me adormeció, para cuando me desperté habían pasado algunas horas, estaba en una sucia habitación de un hotel, olía a alcohol y una mujer desnuda yacía a mi lado, en mi mano la todavía humeante 9 mm me ponía en evidencia, guardé el arma entre mis ropas y busqué en mi piloto el paquete de cigarrillos pero solo encontré un Cohiba siglo I, listo para fumar, quizás era un recordatorio de que aquello no había sido un mal sueño, revisé mi bolsillo interno y encontré la servilleta y leí el segundo punto que decía  - Calle Padilla – Parque Las Américas – Magangue – Colombia. Tomé el maletín abrí la puerta de la habitación y me topé con el conserje que me habló primero en guaraní y luego me dijo – Dale que se te terminó el turno- “bueno ya bajo paragua, y te pago pero a la piba dejala dormir un rato” con lo cual el conserje dio media vuelta y se encaminó hacia la recepción.
Pagué la habitación, salí a la calle y tomé un taxi le pedí que me llevara al aeropuerto.
Pase todo el viaje observando por la ventanilla casi como somnoliento, desobedeciendo al chamamé que escuchaba y cantaba el chofer del taxi, salgo de ese trance cuando la voz chillona del chofer me indica que estamos cerca del aeropuerto, entonces me doy cuanta que debo deshacerme del arma, pero como hacerlo, entonces estornudé fuertemente en su oído, y dejé caer el arma debajo del asiento del conductor. El chofer me insultó en guaraní y me dejó en el aeropuerto. Al bajar noté movimientos extraños en la Policía, los agentes actuaban como nerviosos y recordé el cadáver de aquella chica en el hotel, quizás estaban tras mis pasos, me acerque al mostrador de TAM y pregunté si tenían algún vuelo a Colombia, me dijo que no, me dí vuelta y veo que dos policías hablaban por radio y miraban hacia donde yo estaba, y ahí me volví y le pregunté a la señorita si tenía alguna reserva a mi nombre, Raúl Gómez, a lo que ella respondió que si y se dispuso a realizar el check-in,
Los policías se acercaban cada vez más y me impacienté ya los tenía a dos pasos de mi cuando un hombre que estaba en la fila de al lado mío comenzó a correr en un minuto la policía lo redujo y los perros antidrogas olfatearon la mercancía escondida en su saco, me hice casi invisible entre la gente y abordé el vuelo a Colombia.
 
La horrible comida del avión me descompuso, voy al baño y cuando paso cerca del teléfono del avión, este suena, y atiendo “Hola”  “Sr. Gómez veo que dejó cuidad del Este…recuerde que solo le quedan 36 hs para terminar nuestro negocio” “No lo he olvidado..” “nos pondremos en contacto..”
 Aterrizamos en  Cartagena  y lo primero que hice fue comprar un mapa de rutas y rentar un auto o carro como le dicen aquí, me dirigí a la ruta B hasta empalmar con la 25 y por esta hasta llegar a la ruta 78 donde llegué a Magangue.
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Foto del autor Ricardo Fernndez
Textos Publicados: 34
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Descripción

Palabras Clave: Misterio

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Terror & Misterio


Creditos: a mi familia y amigos

Derechos de Autor: Ricardo Fernandez

Enlace: lodemerce@hotmail.com


Comentarios (3)add comment
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gabriel falconi

y sigo viajando
lo que dice inocencio del chamame es cierto....
Responder
January 31, 2011
 

inocencio rex

gomez, james gomez...
una observación.. en paraguay no escuchan chamamé, ésta es una música típica del nordeste de argentina.. me parece que escuchan polcas, y otras cosas... aunque hoy por hoy escuchan cumbias y cachacas.
Responder
February 26, 2010
 

Gustavo Adolfo Vaca Narvaja

ya tenemos un crímen y el gran viaje....¡este Gomez...! seguimos
Responder
February 23, 2010
 

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