La Libelula - Parte 4
Publicado en Feb 21, 2010
Una pequeña Cuidad cerca de un lago, con típicas construcciones de origen hispánico.
Pregunte a los lugareños donde estaba la calle Padilla y ellos me guiaron gentilmente, recorrí las callejuelas hasta que me topé con un bar de mala muerte, será aquí, tome nuevamente la servilleta y leí el tercer punto que decía – Tres Esquinas – Cola de pétalo- Sr. Gómez, estaba desorientado pero usé mi lógica y conté una, dos, tres esquinas en la tercera se encontraba este bar y me pregunté que es cola de pétalo? Debe ser una bebida típica o una clave. Entré al bar, me senté y el cantinero me preguntó que quería tomar y le dije “Una cola de pétalo…” Soltó una carcajada y me dijo que era eso y le respondí “es una bebida de mi país…disculpe….Se encuentra el Sr. Gómez” Se le borró la sonrisa y le dijo a un chico que estaba limpiando el piso que lo busque a Gómez. Por una de las puertas aparece este gigante adornado con tatuajes carcelarios y con cara de muy pocos amigos, Y no lo dejé ni hablar “Gómez tenés que decirles la verdad tienen a mi novia y si no le entregás lo que piden la van a matar vengo escapando desde ciudad del este…la chica….hotel muerta….” Me fui callando de a poco, el solo me miraba hasta que el cantinero le susurro “debe ser policía cuidado”, y sin mediar palabra este gigante arrancó de su cintura una escopeta recortada. Antes de que pudiera apuntarme corrí hacia la salida, y un estruendo me dejó medio sordo..fue el escopetazo que dio en una de las puertas. Subí a mi auto y lo encendí todo en un mismo movimiento, aceleré hasta perderlos y doble en un pequeño callejón me recosté sobre el asiento del acompañante todavía estaba agitado y sudoroso, viendo por el espejo retrovisor vi pasar una camioneta repleta de gente armada, creo que los perdí definitivamente. Me incorporé y miré primero a mi derecha y luego a mi izquierda y leí “Libélula Bar” Entré esta vez en silencio, no iba a cometer dos veces el mismo error, tomé la servilleta de mi bolsillo y me senté en la barra. El cantinero me dijo “Que va a tomar?..” dudé y solo atiné a leer la servilleta y dije “Tres esquinas” el cantinero se dio vuelta , en ese momento contuve mi respiración como esperando que me apuntara con algo, y tomó una botella de Ron y me sirvió un vaso, respire aliviado y mi mirada se perdió en el remolino de la bebida alcé mi cabeza y observe un gran insecto que estaba enmarcado en el centro de la parte superior de la barra, a modo de trofeo, El cantinero me pregunta “ Sabe lo que es?...” a lo que respondo “Cola de pétalos” y me dice “ El Sr. Gómez lo espera detrás de esa puerta…” Bebí mi trago de un solo sorbo, quizás fuera ese mi último trago, miré mi reloj tomé el maletín y me dirigí hacia la puerta. Fui a dar a una habitación donde, sonaba música clásica, habían interminables estanterías con frascos repletos de insectos, un hombre sentado de espaldas a mi trabajaba con una gran luz enfocada sobre el escritorio, y dijo “Atrayentes insectos las libélulas, parecen inofensivos pero son grandes depredadores…pasan desapercibidas ante el ojo común pero son una maquina perfecta de matar” el hombre se da vuelta y era el alfeñique de Gómez, ese ratón de escritorio del que todos se burlaban. Si bien estaba algo cambiado no traía sus gigantescos anteojos y por cierto estaba muy bien vestido,
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