ALMITA, CHILENA
Publicado en Mar 02, 2010
Alma abrió sus ojos…
Blonda, su muñeca preferida, Ya no reposaba sobre la pequeña silla de madera. Los cuadros de colores, que adornaba su habitación, Se movían cual péndulos, sobre la pared rosada. Aquel velador que solo mamá tocaba, Yacía quebrado sobre la mesa de luz. Los móviles que alegraban sus despertares Enredados se mezclaban, confundiendo su inocente mente. El viento presuroso, desnudo su ventana, Por la que asomaba el sol en las mañanas, Y jugaba de manera agresiva, a su antojo, Con las puertas de la casa y todo lo que se ponía a su paso. De repente, todo se oscureció, el viento se calmo Y solo se escuchaba la melodía de su cajita de música Cómplice de desvelos, desorbitada en el suelo. Su llanto se vio inhibido ante el calor de las manos de su madre, Que se adueñaban de las suyas, sacándola de su cuna. Mamá la abrazo de una manera diferente, como nunca lo había hecho, Y pudo sentir su corazón latiendo incesante, Mientras sus labios empapados por las lagrimas, La besaban incansablemente, todo había pasado. Cerró sus ojos… Intentando conciliar el sueño interrumpido Por el devastador temblor de su tierra chilena, Aquel que El Supremo, en acto de protección, No le permitió siquiera percibir.
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alma
Matias Cordoba
Matias Cordoba
SIR MARIAN
MIL ESTRELLAS AL TEXTO, A LA POESIA, A TU SANO CORAZON Y TERNURA.
SIR MARIAN