Me concateno al guano de los albatros:
Doy mi vida ya por finalizada.
Siempre me moví en un mar de sílabas
y quité los espúreos de los abecedarios.
A todo me antepuse y desportille mi cuerpo
y ahora debo bajar las gradas y peldaños
que me envían a lo profundo de la tumba
y a su sórdido contenido de raíces.
Ya no se sabrá de mis discrepancias
ni de la audacia con que enfrenté los fuegos.
Me situaré en lo profundo del olvido
en un día plomizo que no se pueda fechar.