Que estés bien en aquello que buscate:
Que jamás te destrocen las estrellas altivas.
Que marches con tus hijos por los montes
mientras miras alegre a las galaxias.
Que consigas una epifanía
y habites a la vera de Dios.
Que encuentres la música en tus puños
y que tu discurso proteja tus andares.
Que me recuerdes, cuando te sobren canas
como un pensamiento que remaba sobre el viento.
Ya han pasado los días de los desaires
y yo filosofo sobre las palabras, ya muy lejos.