Me reconforta saber que salí de tu circo
y que te llevaste lejos tus peñascos.
Me alegra haberme alejado de tu sonrisa
y sacado mis pies de tus marismas.
Te presentaste a mí llena de trampas
como una alfarera del pasado.
Me engañaste amordazando las sílabas
y jurando que todo sin mí fue lamento.
Jugué el papel del crédulo
que cae en los submundos vácuos.
Dejé que me engatusara tu entereza
y que me deslumbraras con tu falso brillo.
Ahora recojo mi peso y acampo muy lejos de tu mira.
Sigue inventando falacias encima de tus hombros monstruosos.