ARENGA
Publicado en May 17, 2009
* ARENGA
Escucha camarada, Obrero, campesino. Mientras tú acabas lastimero Los años de tu vida, Atado con grilletes De hambre y de silencio. Nosotros, tus hermanos, Tus hijos, tus deseos, Vivimos mascullando El odio y el recuerdo, Violento y rapaz, De los resentimientos. Porque tu y yo somos sombras De los mismos desiertos, Hambre con luz y sol Y los labios sedientos. En tanto que los jueces Nos endilgan preceptos, Leyes de horrendo amor Al poder y al dinero. Escucha camarada, El mundo en que vivimos Es tuyo, de los nuestros. De todos los hombres, De los blancos, de los negros, De todas las manos que trabajan Por tener el sustento. Y sin embargo, Los funestos señores De las altas finanzas, Amenazan con soldados De terribles arreos, Por no poder nosotros Vivir en paz Y reunir nuestro esfuerzo. Y el pan que nos falta, Se convierte en siniestros, Yates de amor y lujo, safaris, alhajeros, Viajes a Monte Carlo, Construcción de aposentos Recubiertos de oro, De alegrías y de ensueños, Y en tanto tu, con tus hijos, Te lamentas incierto, Hambres de ayer y hoy Y futuros entuertos. Hermano campesino, amigo obrero, Renieguen ya del silencio Y tomen en sus manos El fusil y el gobierno, Para poder borrar de la faz de este suelo, Toda la sarta innoble De los falsos profetas, Con corazas de oro y kepis y morteros. 1º., de abril de 1972.
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