Existo en la tierra de los bípedos:
Ellos se trastocan mientras se trasnochan.
Su risa es escándalo burlesco
que cae en un aire sin espinas.
En todas partes hay chabolas siniestras
rodeadas de quietas parejas que se lamen.
Cada quien se rebosa hasta el límite
para obtener los favores de la pécora.
Algunos rugen desde sus tarimas
y aumentan las tarifas y el impuesto.
Pero yo huyo hacia los tajamares
dejando lo trémulo de los fascinerosos.