Corro entre lluvias y ladrillos
bajo un cielo de malos armisticios.
Traigo mi consistencia diáfana
y estoy atento a mi frágil morada.
Despunta en mí el miedo del sentido
pues todos andan en trance y desvarío.
Hay fantasmas y también sacrificios
y rondan criaturas y prodigios.
Cada cual es un sólo desastre
sobre sus huesos sin honra e impalpables.