Si yo fuera hombre...
... sería un cogelón con cinturón bragao y mostacho cínico.
De esos que aparecen en el periódico
a cada semana por faltas administrativas
con el estupro por delante
y la pistola por detrás
allá tú lo que de mí necesites.
Sería un callejero Don Juan que utiliza el sexo
para deshacerse de sus amantes
de los que no dejan propinas en los bares
y se roban las de otras mesas.
De aquellos que solo andan de entrada por salida en los tugurios
bebiéndose una copa de cerveza barata
tan solo para hurtar los condones del baño,
y ser de esos que presumen en la barra
que soy de los que nunca dicen gracias por un favor oral.
Sería de los que pidieran a gritos me mientan
a la hora del amor comprado y fugaz
con piropos apócrifos que hagan que mi habilidad entre las sabanas
suene a faena divina, que me engrandezcan con centímetros de más
para simular que me aventaron flores al ruedo para sentirme único,
y haría bulla en las calles solitarias para fingir
que me sacaron en hombros del congal
en vez de a patadas de la iglesia.
Si yo fuera un hombre,
tendría el habla cruda, porcina y chivosa faz,
pero ante las damiselas
la perfumaría de logros y tenores solfeos
del mediocre deseo por concebir.
La copula la llevaría de presentación
y siempre exigiría un perdón y en voz alta.
Sería de los que siempre llegan tarde y piden explicación
cuando se les deja más de dos minutos parados en la lluvia
de los que negarían una moneda en las calles,
de los que fingen dormir en el autobús para no ceder el asiento a nadie,
ni ancianos, embarazadas, ni aunque sean rubias.
De los que hasta llorarían por que les creyeran el;
"Perdón... esto nunca me había pasado"
con la excusa para verme como caballero diciendo
"es que aún la extraño, no creas que soy como todos, no eres tú"
o un descarado echándole la culpa al tiempo
o a los horóscopos.
Nunca cogería un libro
mucho menos lo leería
mejor a la bibliotecaria
a ella tampoco la leería
está de más decir qué le haría.
Sería de los que se saben todos los credos,
                   plegarias,
                   rezos
                   bullas,
                   corridos,
                   sonatas
y toda clase de clichés
del equipo favorito del futbol,
de los creyentes de aquel ché, pibe,
de la iglesia o dogma Maradonistica
o Pelenistica,
pero eso sí
ni la primera estrofa del himno nacional
ni siquiera, el poderla tararear.
Mi cultura sería pronunciar bien
Scrash Du Oro,
para mí la poesía seria la gambeta Argentina
o la magia que hacen los Brasileños,
para mí no existiría la Naranja Mecánica
eso sería solamente 11 holandeses corriendo tras un balón
no un Alex con su infierno.
Me conocerían también como el terror
de las colegialas en el metro por ahí de las horas pico.
Yo sería de los que les importara un pito,
que a alguien más le importe un pito
que las mujeres tengan los pechos como magnolias o como pasas de higo,
porque si no tienen nada en frente es más fácil que sus defectos
queden al descubierto y si no tienen nada atrás es seguro
que ni su sombra me excite
porque si no llenan los pantalones... pierden el tiempo conmigo.
Me castraría la sensibilidad a base de trompadas
por el simple hecho de que la luna es negra
y por que el sol los lunes me atrofia,
regalaría rosas porque en la televisión todas caen con ese cuento
y me inventaría un cuento cuando
no tenga con qué comprar flores para la novia.
Sería de esos hombres putos que acusáis a la mujer sin razón,
el que le llamó ignorante a Pita Amor
que más que la undécima musa
sería mi undécimo fin de semana
el padre pianista que empujaría a su hija a la casa del Incesto,
o el Henry Miller y su Nin... fa y su poesía en brama.
El que dejara a Griselda Álvarez  alucinada de mis colores
por mi dulce loco,
por mi alba que no era otra cosa más que un atardecer podrido
y no una mañana, porque nací de noche.
Sería a el que los Storni le regalaban cerveza a todos ratos
y por cualquier trato
porque Alfonsina,
significa estar dispuesta a todo
a todo tipo de poesía, hasta de la más pervertida.
Aquel que sin deberla ni temerla
salió con ambas
con María Encarnación Ríos
y con su soledad... porque aquí ellas dos son gemelas.
Sería la derrota de Marina Poliduri,
por mi desamor y machismo se exiliarían en Lesbos
por mi conocerían la riqueza de sus dedos,
y también sería el que señaló puta a la jija de Bulsara Sfane.
Pero si yo fuera hombre
de este tipo de hombres
seguro dejaría marica a Hoz
por haberle dejado el beso de Ángeles
y haberme quedado yo
con la sodomía de aquel poema Bésame... ¡ah! qué ricas carnes.
Me encantaría otorgarles hambre
a las abstemias del convento,
paseando descalzo y colgante el rigor de mi serpiente
y sus dos manzanas
tenerlo recio y que amedrente
con el simple olfato.
Si yo fuera hombre
me encantaría tenerlo como el cuerno de algún demonio
así de gigante
entre las piernas 
y rojo
y si fuera mujer... también.
Me encantaría quedarme las horas mirando el andar
de este rocío tan tibio estando yo de cabeza
sin quedarme boquiabierto
para no dejarme llegar ¡oh! este maldito ciclope...
Pero sobre todo
me gustaría serlo para saber.
¿Por qué como hombre puedo sentirme valiente
y vomitar la sensibilidad en la taberna
pero como hijo no?