Las LLaves
Publicado en Mar 21, 2010
L A S
L L A V E S Por: Emile Duboisse - Sonoras pisadas de un caminar y correr rápido, que al ser interpretadas denotaban prisa y nerviosismo. La noche era fría y húmeda a causa de la vaguada costera, era invierno y la soledad de las calles, hacía resonar cualquier ruido a varias cuadras, la luna creciente que jugueteaban con negros y discontinuados nubarrones, hacía más lúgubre las calles de los cerros porteños. De alguna parte se escucha una cierta clase de música, pero muy distante o quizás muy cerca de bajo volumen. - Los pasos seguían su marcha ligera, al mismo ritmo. ¡ Se me pasó la hora! ...pueda ser que no haya nadie despierto, bueno que con este frío nadie querrá estar en pie, deben creer que he llega por la puerta trasera y estoy durmiendo. - Los pasos seguían su marcha ligera, al mismo ritmo en su prisa, acompañados de un murmuro, como un rezo. El próximo viernes no me vendré tan tarde de la casa de Andrea, y todo esto por ver a Ricardo, con razón dicen que el amor es ciego y sordo, una no ve y menos quiere escuchara los adultos, pensando que solo lo hacen para molestarnos. Mí mamita me advirtió que llegara antes de que mí papá saliera del turno de la fabrica, por que arma un escándalo por todo, y además queda preocupada por que me vuelvo sola y sobre todo que allá en la avenida han asaltado a dos personas en la noche. ¡ todo por ver a Ricardo!...No tengo miedo pero estoy preocupada por la hora. - Doblo por el callejón, bajó las escalinatas y se paró frente a la puerta de la reja de la casa. - ¡Aver! .. Acá... y aquí...no...¡no tengo las llaves!. Se me quedó en casa de Andrea, ¿ qué hago?.. Si llamo, saldrá mi papá y tendré el respectivo sermón de una hora más el castigo, que son las idas a deporte del Liceo y las idas a casa de Andrea...¡a ver ¡... si salto esta reja quedaré en el antejardín, pero la reja al patio interior es muy alta y si me subo al muro y camino por él, los perros del vecino el señor González me delatarían, mejor me vuelvo al principio de la escalinata y me quedo junto del muro de los Cepeda, allí hay unas piedras en las cuales podré sentarme y justo allí salen a la calle las ramas de las magnolias que me servirán de techo para protejerme del sereno de la noche, allí pensaré que es lo que puedo hacer. - Mientras caminaba por la escalera, oyó unas risas y muchos pasos en desorden de sonidos, como manada sin rumbo, estos al parecer provenían de la entrada del callejón. Al llegar al comienzo de la escalinata se detuvo a mirar desde una orilla del barandal, hacia la boca del callejón, colocándose en cuclillas y tratando de escuchar para saber quienes eran y que debería hacer. Bueno muchachos, uno que emprende la retirada. ¡Pero Patricio! ...si son recién la una de la madrugada ... ¡Sí! ...pero hoy, con la lunita va a ser más frío que el de o0tros días, así que, marchando derechito ustedes, que mañana será otro día o mejor dicho otra noche. - Ella se sintió nerviosa y se apretó contra la pared, sentía que su respiración se escuchaba a cuadras, su corazón lo sentía como un tambor en sus sienes, sus manos estaban sudando. ¡ Que hago! ...bueno yo conozco al Patricio, va todas las noches a jugar dominó al club de fútbol del deportivo Playa Ancha, no tengo donde esconderme para que no vea al pasar por aquí hacia su casa. - Patricio camino por el callejón en dirección de la escalinata, pero sus pasos se detuvieron de pronto. ¡ Hola Marcelita! ...Casi me mata de susto, ¿pero que hace usted aquí? ¡a esta hora y tan desabrigada que anda!. Hola Patricio, es que se pasó la hora en la casa de Andrea y las llaves de mí casa se me quedaron allá, ¡no se que hacer!. Bueno, no le puedo llevar a mi casa y tampoco puede quedarse aquí con la helada que está cayendo esta noche, tome mí chaqueta y sentémonos acá junto al muro debajo de las ramas de la magnolia, le haré compañía mientras encontramos una solución,¡ le parece!. Me parece y se lo agradezco, ¿ pero no tendrá problemas usted?. Escuche si me voy igual no podré estar tranquilo, pensando que está usted aquí sola y más con los asaltos que han estado ocurriendo. - Se sentaron sobre unas piedras debajo de las ramas. Pasó un tiempo en el que estuvieron callados, hasta que Patricio dijo. ¿ Le molesta Marcelita que estemos sentados tan juntos? No se preocupe, por que hasta que usted apareció, no sentía frío, solo nervios de mi llegada tarde, si gusta y no le parece un atrevimiento de parte mía, puede abrazarme para que no perdamos calor. Muchas gracias Marcelita,...y mire que lindo se ve el reflejo de la luna sobre el mar. Se ve preciosa, siempre que hay luna, la contemplo desde la ventana de mi pieza. ¿Ha notado que no se escuchan ladridos de perros ni el maullar de gatos? Si, es cierto, si usted no lo menciona no me percato. Mire Marcelita, viene entrando un barco allá a lo lejos. ¿De donde cree usted que vendrá? Solo los del barco lo saben,... y a usted ¿ le gustaría Viajar? Mí Madrina me invito a Punta Arenas para las vacaciones, y ¿ usted a viajado?. Si, he recorrido todos los puertos de este país, y por varios otros de América del lado del Pacifico, ahora estoy de paso acá en Valparaíso y justo cayo con mí cumpleaños y en esto andaba con unos amigos del domino del Deportivo. Y ¿ cuantos cumple? Veintisiete, ¡se imagina que su papá nos viera juntos!. De ser así no se lo podríamos explicar. Es que su papá es demasiado obcecado y más con lo que pasó el año pasado en Septiembre. ¿ Lo recuerda usted Marcelita?. Perfectamente, pasó allí en la esquina, frente al negocio de Manolito. Y todo por que le regalé unos pasteles, en el preciso momento en que venía su papá, como me podría haber imaginado que el reaccionaría de esa manera. Él me gritó que no me acercara a usted y a usted le dijo que si la veía cerca de mí le dispararía a los dos, por que prefería verla muerta que con un González. Mí padre no es malo, pero somos tres hijas y nos cuida mucho, eso yo lo he aprendido a apreciar con los años, claro que es un poco brusco, pero hay que darle tiempo para conocerlo y quizás cuando yo sea madre seré igual de aprensiva que el. Mire las estrellas que claritas se ven. - En eso se escucharon unos pasos y un carraspeo. Patricio se quedo atento a los pasos que se acercaban. ¡ Hola Mario!.. ¿ Quién está ahí? Yo Mario.. ¡ El Pato González!. Buen susto que me diste, y que estás haciendo allí tan escondido en la oscuridad. ¡Acércate y te cuento!. - Mario se acercó y vio junto a Patricio a Marcelita, encendió un cigarrillo y patricio le contó lo que sucedía, al terminar de narrar los hechos Mario se levantó, metió su mano en el bolsillo de su chaqueta y saco los cigarrillos pasándoselos a Patricio. Mala cosa pues señorita, y más conociendo el carácter de su papá, pero está en buenas manos y si algo puedo ayudarle dígamelo no más, toma Patricio mi chaqueta para que pases el frío mañana me la dejas en casa. Me voy por que ya son casi las dos y media de la madrugada. Se le agradece Mario pero hasta el momento no se me a ocurrido una solución para entrar a casa. Gracias Mario. - Mario se despidió y bajó por la escalinata, paso un momento. Marcelita Oigo pasos desde la escalinata, parece que el Mario se devolvió. Mamita ¿ que es eso que esta allí? Eso Carolita es una animita. ¿ Y que es una animita? Es como un monumento, una casa chiquitita a personas que murieron en ese lugar. ¿ Y quien murió allí mamita? Dicen que una pareja de enamorados. ¿ Y por que les paso eso?. Me contaron que el papá de ella los mató por que no quería verlos juntos. ¡ Ah! ... ¿ y eso paso hace mucho?. Paso hace como diez años, según me contó la señora que nos vendió la casa de acá de la escalinata.
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gabriel falconi
me corrijo
un saludo
Emile Duboisse
Gracias desde Chile-valparaiso
gabriel falconi
la llaves de la muerte
el desatino...
muy bueno
Emile Duboisse