Aventura municipal (parte 7)
Publicado en Mar 30, 2010
-¿Vos viste lo que está?-, alcancé a balbucear, mordiendo mis labios en esa pregunta y señalando con el pulgar a la secretaria del excelentísimo, la misma que, grandiosa, meneando y taconeando, desaparecía moviendo la melena con naturalidad felina; aquella sirena tuvo el tino de siquiera mirarme antes de ir en busca de su jefe.
Así hizo que su belleza me doliera. -increíble-, me contestó el abogado para luego susurrar:- ojo que ésta también viene de la chacra, pero... -Petrován, m´hijito ¡qué alegría verte!- Con tan serviles palabras se hacía presente el excelentísimo. Por mi parte, me esforzaba en poder mirar a aquel decrépito que andaba apenas ayudado por un bastón y por aquella Némesis suya, aquella deidad de juvenil palidez en un rostro angélico, casi traslúcido y resaltado por todo lo de incendio forestal que tenía su cabellera; debí controlarme con un carraspeo ya que esa mujer era, para mí, un torbellino que succionaba toda mi atención. Noté desagrado en el viejo por aquella obsesión mía para con su secretaria percibiéndolo en la mirada que me dedicó antes de preguntar: -¿con quién tengo el gusto...? -él es Inocencio-, se apuró a presentarme Petrován, -un amigo. El excelentísimo, sin suavizar la mirada, me ofreció una zarpa pecosa, tan fría como la de un reptil; el apretón que dado por esa diestra resultó inverosímilmente vigoroso; y fue allí, al verle la cara con detenimiento (la secretaria, en silencio, había abandonado la escena), que me di cuenta de que padecía una especie de hemiplejia. Mientras en un costado decadente se entrecerraba un párpado o una comisura colgaba, en el otro estallaba esa vitalidad típica de los hombres de acción, sí, allí brillaba toda astucia evidenciada en el esplendor de la pupila de un ojo gélido y rapaz aún clavado en mi mirada; la media sonrisa se curvó con malicia cuando, sin soltar mi mano, dijo: -oh, así que tú eres Inocencio, el marido de Isabel.
Página 1 / 1
|
inocencio rex
Roberto Langella de Reyes Pea
Roberto Langella de Reyes Pea