EL ENCUENTRO Y LA PARTIDA
Publicado en May 21, 2009
EL ENCUENTRO Y LA PARTIDA.
Hace ya mucho tiempo, Cuando deambulabas Por la senda malhadada del rencor, Al cruzarte en mi camino Solitario y silencioso, Nuestros pasos descubrieron Que tus hondas tristezas Y que mis negras soledades, Suavemente armonizaban. Esa coincidencia, Milagrosa y extraña, Nos fue acercando. Y de pronto, En un recodo de la vía, Se rompió el retén de tu ternura. Entonces se volcó Un río de luces deslumbrantes, En mi valle desnudo y desolado. Y caminamos juntos Un trecho misterioso en la comarca, Pero un buen día Comenzaste a mirar Hacia otros rumbos. Hacia otros nuevos horizontes. Y entonces tu voz Empezó a desvanecerse. Tus caricias Empezaron a esfumarse. Y tus sueños, Con raudo vuelo han despegado Hacia el confín lejano Que tus ojos hambrientos Vislumbraron. ¡ Oh Sueño bendecido Que me ahoga y que se esfuma! ¿Por qué te apartas Del destino común que entretejimos Por unos ávidos años? ¿Por qué me escondes Tu perfume y tu gracia, Y esa dulce mirada Que me gusta contemplar Al rumor de tus besos Presurosos y extraños? ¡Rauda exhalación, No te apartes de la vía del encuentro, Del son de nuestros dolidos corazones! Y mientras descubrimos Otros nuevos paraísos, Que nuestras manos enlazadas Y el rumor de nuestro cuerpo, Desintegren su ensalmo Para dejar sólo en la tierra La monda blancura De los huesos soleados. México, D.F. A 9 de abril de 2001.
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