Textale

Diario de una historia triste: Parte 39

Publicado en Apr 03, 2010

Hay días que doy vuelta la página de mi libro lleno de fracasos y tan escasas victorias. Pero hay otros días que simplemente me estanco en una de las hojas y no puedo pasar a la siguiente, me estanco. Y en los peores casos, vuelvo a la página anterior para revivir línea tras línea la misma triste historia. Releerla una y otra vez, la historia de la chica a la cual le rompieron el corazón y no sabe cómo seguir adelante. No puede volver a escribir, tiene tantas hojas en blanco su libro. Ya no siente igual que antes, alguien le robó todas las sensaciones y parece que ya no volverán. Extraña sentir la emoción y la felicidad, la alegría y las ganas de vivir. Esos sentimientos se perdieron por ahí y no las siente más. Ahora sólo siente tristeza y melancolía. Tiene miedo de enamorarse. Muchísimo miedo. No quiere volver a sufrir y a veces ni ella sabe si es que no quiere o que simplemente no puede volver a sentir. Será que no encuentra a otra persona que busca, con las características que creyó que aquel amor tenía. Aquel amor que dejó su corazón en ruinas y que espera su reconstrucción con alguien más, esa persona que no encuentra. Pierde poco a poco la esperanza de alguna vez encontrar a un nuevo amor que alivie su alma que naufraga en medio de un río de lágrimas, dolor y angustia. Quiere dejar de naufragar y pisar tierra firme, dejar de vagabundear por la vida sin rumbo alguno. No tiene destino, fin ni razón. Perdió su identidad, sus proyectos, sus valores y autoestima. Tiene tantos alti-bajos como pulsaciones por minuto. Nadie sabe cómo se va a sentir al minuto siguiente. Cambia tan rápido de estado de ánimo como agua del reloj de lugar. Sus pensamientos golpean la superficie de su cabeza, rebotan, vuelven, hacen tic tac tac contra ella. La llegan a enloquecer. Existen momentos en que realmente quisiera sacarse la cabeza, dejarla a un lado y dejar de pensar por un tiempo ilimitado. Recuperar tanto tiempo perdido pensando en cosas absurdas y sin sentido, cosas que aunque las piense y trate de buscarle la vuelta no va a cambiar, porque lo hecho, hecho esta. Pero ella no lo entiende, y parece que nunca lo entenderá.

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