Diario de una historia triste: Final.
Publicado en Apr 03, 2010
Es raro sentirse así. Tanta calma y paz, como si nada me molestara, es como si fuera que lo malo hubiera desaparecido. Sé que siempre quedan huellas, cicatrices para recordar lo tanto que sufriste. Pero lo diferente ahora es que esas heridas no se vuelven a abrir. Las cicatrices se sellaron permanentemente a diferencia de antes que se matenían abiertas todo el tiempo esperando a que alguien les tirase ácido encima para destruir esa capa de cáscara que las recubría ante cualquier ataque externo. Cualquier excusa tenían para volver a sangrar, desde una ofensa por parte de un compañero a recuerdos horribles. De un día para el otro la alegría apareció como una luz en medio de tanta oscuridad. Mi situación anterior era demasiado compleja e irreversible. Era levantarse todos los días sin ganas de ver la claridad del día total, ver la misma escena una y otra vez: levantarme, esperar a que me lastimen otra vez, dormir. Así transcurría mi vida en un período demasiado prolongado. Mi vida antes del 2009 no había cambiado prácticamente en nada. Esperar y esperar día tras día encontrar a alguien o algo que transformara tanta monotonía en algo nuevo, flexible. Aburrirse de la propia vida que uno lleva es demasiado triste para ser cierto pero bueno, eso es lo que me había tocado a mi. A veces desaparecía la esperanza de encontrar eso que tanto esperaba y me sumía en una tristeza que trataba de no hacer notar. Una amiga me dijo que a los demás no les gusta encontrarse alrededor de personas que no viven la vida como tendrían que, que no les gusta que les rompas la ilusión de felicidad que cada uno de ellos tienen enterrada. No les gusta ver gente triste y pesimista. Grave problema. Siempre trataba de sacarle provecho a las pequeñas cosas que me rodeaban porque en verdad no tenía otras cosas de las cuales aferrarme más grandes ni más importantes. Llegó el 2009 y todo cambió. Había empezado demasiado bien, y eso me asustaba. No podía pasar de una vida extremadamente aburrida a una mucho más no sé cómo explicarlo, era una cosa totalmente nueva. Eso que tanto había esperado por fin se mostraba a la luz, se dejaba ver. Sentir por primera vez que todo era perfecto y no podía pedir más que eso que tenía. Lo primero fueron las hermosas vacaciones con mi mejor amiga. Era imposible hartarme durante esos días de tanta diversión y risas. Salidas cotidianas y caminatas sin fin por ramblas y a orillas del mar. Y conocer a una persona que no pase mucho tiempo junto a él pero fue la primera vez que sentí que alguien se preocupaba por mi tan bien que fue una de las mejoras cosas del año. Fueron 3 días sumamente felices, me llenaba tanto todo lo que me estaba pasando en ese momento. Amor de verano supongo. En fin, volví a Buenos Aires después de las mejores vacaciones de lo que iba de mi vida y nadie hubiera imaginado lo que me esperaba para el resto del año. Fines de Febrero del 2009. Ahora sí corroboro esa frase que dice ''llega cuando menos lo esperás''. Llegó eso que tanto esperaba hace muchísimo tiempo. Después de tantos fracasos y cansada de juntar pedacitos de mi pobre corazón, lo encontré. Había llegado el momento tan esperado. Había llegado él. Él el que me iba a alegrar la vida por largos y hermosos casi 6 meses. Cada segundo que pasaba me preguntaba una y otra vez si lo que vivía era verdad. No lo creía, era demasiado perfecto para ser cierto. ¿Estaba soñando? Hasta llegué a pedir que me pellizcaran por si las dudas. No, era real, tan hermosamente real. 6 de Marzo, día fichado por mi para comenzar la relación. A partir de ese día lo único que me importaba era él y solamente él. No había nada ni nadie mejor y que necesitara más que a él. Único ser del cual estaba perdida e irrevocablemente enamorada. Parecía atontada, como perdida en un sueño del que nunca quería despertar. Tantos momentos inmemorables que sólo él y yo recordamos tan bien, bueno en verdad, sólo yo. Los mejores días de mi vida las pasé con él. El mejor cumpleaños que tuve fue porque estaba él a mi lado más mis amigos y el peluche que me había regalado, el cual aprecio profundamente. 1 de Mayo, el mejor día de mi vida. El famoso ''día Aquarius'', él sabe por qué se llama así. Demasiado perfecto para ser cierto, y lo sabía, algún día iba a terminar tanta felicidad y amor. Y así fue. La última semana de Agosto no pudo ser peor. Pelea tras pelea, hasta que llego el sábado. ''Tanto le temes que al fin sucede''. Ajam. Pero tardó en llegar la triste noticia. Vivía en un ambiente de mentiras, una tras otra, consecutivamente. Seguía sin darme cuenta. Él diciendome que me extrañaba, que me necesitaba y yo todavía ni enterada. Primero, enterarme que no tenía huevos de cortarme en la cara y ni siquiera él mismo; y después, la peor noticia que podría haber recibido. Sí, eso. Infidelidad, el tan temido engaño. No lo podía creer. Una pesadilla del cual no podía despertar, no podía de ninguna manera. Lo peor había llegado. Sentí que mi mundo se desmoronaba no de a poco, sino que se derrumbó de un plomazo. ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado? Me mareaba de tanto pensar, de buscar respuestas a miles y miles de preguntas que rondaban por mi cabeza sin parar. Horas y horas tirada en la cama a la noche sin poder dormir y llorando. Nunca había llorado tanto en mi vida. Todos los días a la noche llorar sin cesar. Leyendo comentarios que lastimaban, risas burlándose de mi decepción, diversión a cuestas de mi tristeza. Demasiado dolor junto. Había caído. Fracasado. Sentirme totalmente inservible y muerta en vida. Me arrebataron mi felicidad, mis ganas de vivir, las risas, todo. De un día para el otro ser nada. Exhausta, vacía de metas. No quería saber nada del mundo, quería desaparecer de la faz de la tierra. Haga lo que haga, nada cambiaba. Me alejaba de todo, lo único que quería era estar sola y que nadie me moleste. Aislada de todo, sólo pensaba y la culpa que sentía me comía por dentro. ¿Por qué me hizo eso? ¿Qué hice mal? Pasar de tenerlo todo a no tener nada. Un cambio demasiado repentino, en un abrir y cerrar de ojos lo más feliz se convertía en recuerdos y lo que afrontaba y lo que venía después me esperaba paciente para arruinarme. Sólo quería que volviera a mis brazos. Oídos sordos a toda la gente que trataba de ayudarme y que decía que él era una mierda, me había vuelto una persona hermética, cerrada y tan vacía por dentro. Me perseguía la culpa, me carcomaba y saturaba. No podía vivir así. Perdida sin rumbo por la vida. Tenía que poner las cartas sobre la mesa y terminar todo de una buena vez porque lo único que hacia era vivir de una culpa que no me abandonaba nunca. 30 de Diciembre. ''Cuando su confesión lastimó mis oídos me dije no lo escuches, no te ahogues en su mar''. Me aclaró las cosas de la mejor manera posible. Parecía que todo lo que me habían dicho personas allegadas a mi no me habían hecho efecto y lo tenía que escuchar de la boca de él. Era la primera vez que en verdad sentí que no tenía la culpa de nada, LIBRE. Pasar de sentirme como la peor escoria a sentirme tan bien conmigo misma y con todo lo que había hecho por él. Al fin veía que yo hice todo lo posible para que me amara, todo lo que estaba a mi alcance por su felicidad. ''Tu pasión inexistente o de bolsillo''. Me di cuenta que no bastó para que me quisiera como soy, con todos mis defectos. Pero, ¿saben qué? Dije bueno, lástima. Yo me considero una buena persona, no hago mal a nadie, evito crear conflictos, trato de que todas las personas a mi alrededor mio estén en perfecta armonía, doy todo lo que pueda para hacer felices a las personas que quiero, sincera, escucho a los demás. Si no me querés bueno, mala suerte. Otra persona va a saber ver esas virtudes y aceptar los defectos que tengo porque si amas a alguien la aceptas tal cual es, como yo lo hice con él. Pero bueno, cosas del pasado. A partir de ese día pienso diferente, CAMBIÉ. Me siento tan feliz de haber podido finalmente lidiar con esto de una vez por todas. Al fin y al cabo, era verdad lo que me habían dicho tantas personas. Gente que nunca creí que iba a aconsejarme lo hizo, haber conocido a gente que casi sin conocerme me ayudó. A cada una de esas personas las valoro muchísimo porque es demasiado insoportable hablarme en ese estado depresivo y sin vida en la cual estaba. Así que ahora que estoy bien les agradezco todo, la ayuda que me brindaron y espero en el 2010 seguir conociendolos.
El 2010 no lo pude empezar mejor. Libre de culpa, sin problemas, felicidad en todos los ámbitos de mi vida. Encontrar a alguien que me quiere como soy y que me alienta a seguir adelante como lo estoy haciendo ahora, gracias.
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