Cuantas veces nos hemos sentido confundida, ilusionada y hasta enamorados.  Pero nunca nos hemos preguntado con claridad a que se debe eso ¿Qué es en definitiva el amor?
Historias, de las que he escrito últimamente las cuales no son muchas que digamos recuerdo que todas son de amor. Parece y creo que es verdad, nuestras vidas son solo y simplemente amor, en la biblia dice que sin amor nada podemos hacer, que nada somos y es imposible agradar a Dios. Tienen razón porque uno sin amor no  sirve, no es nada, es como una piedra en mitad del camino, un obstáculo que solo estorba a todo aquel que en verdad quiere seguir adelante, el que opta por amar.
Una persona sin amor no es capaz de querer a nadie ya que ni siquiera es capaz de quererse a sí mismo.  Es lo que siempre nos dicen.
Ahora estamos en un punto en el cual todo nos confunde, o bien eso creemos. Nos encontramos en una línea de nuestras vidas en las que estamos más propensos a escuchar al corazón, por ahí dicen que el corazón tiene razones que hasta la misma razón desconoce. Puede sonar absurdo decir eso: que el corazón en esta etapa nos domina, pero tal vez sea verdad.
¿Quién no ha sentido un dolor en el pecho cuando nos enteramos de cosas dolorosas o una alegría desbordante cuando nos dicen cosas buenas?  Quizás sea ese la voz del corazón. La verdad es que a estas alturas no es que sea o no sea, simplemente es la voz de este pequeño órgano que toda persona insensible no sabe admirar.
Amor, palabra tan simple de cuatro palabras, fácil de pronunciar y todo lo demás, en diccionarios y en fuentes de información dice que es la inclinación amorosa hacia las otras personas. Existe de tipo erótico, filial y lo demás. Puede ser y a medida que transcurre el tiempo me doy cuenta de que es cierto, pero el tiempo a veces no solo da la razón, el tiempo a veces es bueno para percibir y conocer aquellas cosas que no pensamos nunca descubrir.
Cuando éramos pequeños nunca imaginamos que sentimientos nuevos y buenos abordarían en nuestro ser. Llegarían a lo más profundo de los corazones y mentes. Hemos sentido miedo, ilusión, cariño, rencor, alegría y miedo otra vez.
Es fantástico el amar dicen por ahí, pero esto acarrea demasiado consigo. Hay que correr bastantes riesgos para llegar a la felicidad completa. Hay que hacerse demasiado fuerte para que el amar sea más que una bendecida pasión, porque si el querer te gasta la mente, si tan solo querer a alguien llena tu corazón y te hace pasar por diversos procesos cuanto más el amar.
Amar es darlo todo por la otra persona, no sentir envidia por el otro ni menos por la felicidad de aquel. Amar es arriesgar todo lo que se tiene y hasta lo que no se tiene. Amar es  anhelar estar  con la persona que está gobernando de cierta manera tu ser día y noche. Amar es simplemente la razón por la cual uno está de pie en estos momentos, ya sea amando a nuestros familiares, amigos, Dios o esa personita que te hace sentir completa.  
El amor verdadero se da tan solo una vez en la vida y no conoce de barreras, ni de distancia. Solo sabe de felicidad, de satisfacción del alma, pero para que eso esté completo es necesario pasar por un mar de tormentas. Una tormenta que al calmarse es un paraíso. Paraíso con dos  corazones encadenados y esa cárcel si que debe ser hermosa. Pero cuidado, a veces querer a otro corazón trae demasiadas consecuencias. Es una lucha en la cual el olvido suele ser demasiado largo y doloroso. Hay ocasiones en que el amor tiene que ceder y no es porque no se quiera en verdad, ni tampoco es egoísmo, el amor es complicado y es un gran misterio. En el fondo un bello misterio que te satisface el alma al cien por ciento, que te hace estar donde hoy solo en sueño estás. Un gran misterio que hace que tu rostro luzca distinto, que pases en donde nadie puede estar porque es tu espacio. Es un lugar único, grande aunque solo albergue en tu mente y corazón, pero al fin y al cabo es tu lugar.