alerta el 90% de las personas fracasan a proposito.
Publicado en Apr 11, 2010
Tú puedes estar pensando, ¿quién en su sano juicio fracasa a propósito? Sin embargo, cuando te enteras que el 90% de los negocios fracasan antes de los primeros cinco años, que uno de cada dos matrimonios terminan en divorcio, que hasta un 85% de la gente no ha ahorrado para su retiro, que 80% de las personas manifiestan que su trabajo no los motiva ni los entusiasma, que en Latinoamérica, la deserción escolar es de casi un 40% en muchos países, o que Las Naciones Unidas reportó que alrededor de 300 millones de personas en el planeta sufren graves problemas de salud debido a la obesidad, comienzas a pensar que es como si la mayoría de la personas, a propósito se hubiesen propuesto fracasar.
La realidad es que son más las personas que fracasan que las que triunfan. Ahora bien, ellas no planean su fracaso, el problema es que tampoco planean su éxito, y al no planear su éxito, de por sí están planeando su fracaso. ¿Cuál es el factor que con mayor frecuencia las sentencia al fracaso? Algunos creen que es el factor “suerte”. Según ellos, la suerte juega un papel vital en el logro del éxito. Si no está de tu lado, no hay nada que puedas hacer. Otras se quejan de no poder hacer todo lo que quieren debido al factor “tiempo”. Para ellas, la falta de tiempo suficiente para lograr todo lo que ambicionan parece ser una gran limitante en sus vidas. Otros más creen que la verdadera razón de su fracaso ha sido el factor “dinero”. “Plata llama plata”, dice el dicho, y si no la tienes desde un principio la posibilidad de conseguirla es muy pequeña. Y así, hay muchos otros factores que parecen influir considerablemente en la capacidad para lograr el éxito: educación, oportunidades, tiempo, conocimiento, etc. Todos ellos indudablemente importantes pero, como he podido descubrir, ninguno absolutamente indispensable para triunfar. Piensa, por ejemplo, que muchas personas con poca o ninguna educación escolar triunfan mientras otras con largos años de preparación y estudio no logran salir adelante, o que empresarios con suficientes recursos económicos fracasan en los negocios, mientras otros construyen grandes empresas habiendo empezado con escasos recursos. Por eso he llegado a la conclusión que el factor decisivo para logra el éxito es lo que yo llamo, El Factor “X”. ¿En qué cosiste? ¿Te has puesto a pensar cómo transcurriría tu día si antes de llevar a cabo la multitud de actividades que suelen ocupar cada minuto de tu día, pudieras determinar con absoluta certeza la actividad que agregará mayor valor a ese día y te proporcionará más satisfacción y marcarla con una “X”? ¿Cómo afectaría tu productividad personal el poder enforcar en ella todo tu esfuerzo, eliminando la multitud de trivialidades innecesarias que congestionan tu día? Ahora piensa cómo sería tu vida si después de hacer una lista de todos los sueños que alguna vez has deseado alcanzar, pudieras identificar con total seguridad el que más felicidad te traerá, de manera que puedas marcarlo con una “X” y saber que esa es tu mayor prioridad. Ahora, imagínate haciendo lo mismo con la meta que mayor éxito traerá a tu vida, la persona que más influirá de manera positiva en tu campo profesional, y el hábito que, de ser adquirido, será responsable de un mayor número de triunfos y satisfacciones. Piensa en lo que sería tener esa capacidad de enfoque en todas las áreas de tu existencia. Lamentablemente la mayoría de nosotros vive una realidad muy distinta a esta que acabo de describir. Actuamos, sin saber si lo que estamos haciendo nos está acercando a nuestras metas o no, y al final de cada jornada, exhaustos por la cantidad de tareas, quehaceres y diligencias que han ocupado cada segundo de nuestro tiempo, nos preguntamos: “¿Qué hice hoy?” Esa habilidad para determinar la actividad adecuada a realizar, el sueño ideal o el camino indicado a seguir de entre todas las opciones que podamos tener a nuestra disposición es lo que yo llamo El Factor “X”. Es el poder de la “acción enfocada”, que nos permite canalizar nuestro esfuerzo, encauzar nuestras acciones hacia la realización de un propósito definido para aprovechar nuestros talentos y potencial al máximo, de manera que tengamos siempre la certeza de estar trabajando en lo que es prioritario en nuestra vida.
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