Estando ya acostada en la soledad de mi cuarto, de pronto comencé a sentir una sensación especial, sentía que había una presencia extraña en el, vi a mi marido que permanecía dormido, pues yo me había quedado viendo una película por cable bastante buena y solo seguía la televisión encendida, pensé es la T.V. la que me provoca esa sensación extraña, procedí a apagarla, quedando el cuarto en total penumbra, pero aquello extraño que empezaba a estremecerme persistía aun cuando empecé a dormitar, me levanté sigilosamente, husmeando cada centímetro de mi recámara y no encontré nada extraño, son mis nervios me dije y de nuevo volví al lecho.
          
       Seguí inquieta, desperté a mi marido y me dijo ----duérmete mujer estás durmiendo muy poco, entre la televisión y la internet, eso es lo que te hace que imagines cosas,---- de repente mi vista se dirigió a la ventana que da directamente a mi jardín, y en eso observé que alguien me miraba fijamente en ese momento me quede hipnotizada, parecía que había entrado en shock eran unos ojos que brillaban a la luz de la luna, no se que tiempo transcurrió hasta que desperté  y reaccioné y empecé a gritar, hay alguien en el jardín y me observa tengo miedo, mucho miedo, mis gritos despertaron  a mi marido y a mi hijo y me dijeron---¿Qué tienes, Madre? ---unos ojos en la ventana, en la ventana, pero no salgas, es peligroso ---si no te preocupes--me contestó mi hijo--- voy ha prender los focos del jardín de mi recámara, al prenderlos, se oyó un maullido casi macabro, tan solo era un gato.