Te visto con un collage
en lo que pueden verse las manos de Chagal.
Predomina en ti  el azul y lo opalino
aunque tu rostro es siempre luminiscencia.
Mis manos corren por tus protuberancias
como lo haría ante un frutal un niño famélico.
Quito de ti lo soez con mis uñas
y de tu boca surge una desiderata.
Eres la obra de mi premiación
y yo el obrero que siempre te preparo.
Me besas con besos populosos
y sé entonces que no soy artificio.