ISRAEL: NACIN ETERNA; LA IGLESIA: CUERPO DE CRISTO.
Publicado en Apr 23, 2010
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ISRAEL: NACIÓN ETERNA.
Génesis 12:2: Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y serás bendición.
Cuando Dios llama a Abraham, le da la primera promesa: Sería una nación grande; y esta grandeza la podemos entender mirando el contenido de la siguiente Escritura;
Génesis 13:16: Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada.
La descendencia de Abraham, la que salió de sus lomos, está amparada por la promesa de  que si alguien puede contar el polvo de la tierra, podría contar a Israel; me pregunto ¿Puede alguien contar el polvo de la tierra? Estoy seguro que eso no será posible, pero, ¿Será posible que esta promesa se pueda cumplir en un Israel que muere? Sabiendo que habrá un final ¿No podrán ser contados los israelitas que alcancen la salvación, tanto por la promesa de la fe como por esta promesa? Alcanzar la salvación por fe, significa que los muertos en Cristo pasarán por la resurrección, y por la transformación  los vivos en Cristo! En ambos casos, la naturaleza que se alcanza es igual a la de Jesucristo en su estado actual de espíritu vivificante, y los espíritus no se reproducen, puesto que las Escrituras enseñan que en la resurrección, ni se casan ni se dan en casamiento, puesto que serán como los ángeles de Dios. ¿Cómo pues, se puede cumplir esta promesa de descendencia incontable? Sabemos que Dios lo dijo, y que Él es fiel y cumplirá lo prometido, como está escrito: cielo y tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
 En el 2º libro de Samuel 7:23 dice: ¿Y quién como tu pueblo, como Israel, nación singular en la tierra. Porque fue Dios para rescatarlo por pueblo suyo, y para ponerle nombre, y para hacer grandezas a su favor, y obras terribles a tu tierra, por amor de tu pueblo que rescataste para ti, de Egipto, de las naciones, y de sus dioses.
Dios al llamar a Abraham desechó a las naciones gentiles de la humanidad, y lo primero que le promete a Abraham, es que sería una nación grande, que bendeciría a las demás, porque Dios quería una nación para sí. Esta nación es Israel, de tal manera, que él no la declara nación delante de Él por un tiempo, sino que le promete que sería una nación singular, única en la creación, como lo afirma la Escritura anterior, y que por lo tanto, Él la rescataría para sí, y para ponerle nombre,  y para hacer grandezas a su favor, y obras terribles a tu tierra. ¿Podría Dios rescatar una nación para Él, y ésta dejar de ser nación en la eternidad? Totalmente imposible! Leamos lo dicho por Dios en:
Isaías 65:23. Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente.
¿DE DÓNDE SALDRÁ ESTA NACIÓN?
Isaías 1:9: Si Jehová de los ejércitos no nos hubiera dejado un resto pequeño (remanente o upoleimma), como Sodoma fuéramos y semejantes a Gomorra. (Romanos 9:29). Este remanente o upoleimma que está esparcido por el mundo, Dios los recogerá y traerá a Israel, para que los varones continúen la descendencia al emparentar con las israelitas en quienes se cumpla esta Escritura:
Isaías 4:4: Cuando el Señor lave la inmundicia de las hijas de Sión, y limpie la sangre de Jerusalén de en medio de ella, con espíritu de juicio y con espíritu de devastación.     
¿Por qué? Estos varones están predestinados a morir en la guerra en defensa de Israel, cuando esta sea hollada por los gentiles, como lo dice la siguiente Escritura:
Isaías 3:25: Tus varones caerán a espada, y tu fuerza en la guerra. Pero ya ellos habrán emparentado con las hijas de Sión a las que les fue lavada su inmundicia, y de ellos, de esta unión, nacerá el  otro remanente o leimma, porque Dios lo ha dicho:
Jeremías 31:21: He aquí, vienen días, dice Jehová, en que sembraré la casa de Israel, y la casa de Judá, de simiente de hombre, y de simiente de animal.
Los siervos de nuestro Dios, los 144.000 sellados de Apocalipsis 7:3-8, serán quienes emparenten con las hijas de Sión, que nazcan junto con el leimma, puesto que se repetirá lo que sucedió en el principio de la raza humana, que no se nombraba el nacimiento de ellas, pero que fueron esenciales para la continuidad de la humanidad; recordemos que el sacerdocio está puesto por Dios sobre los hombros de los varones, así como en Adán, Dios le dio el poder de enseñorearse sobre la creación. Por esta razón hay omisión en anunciar el nacimiento de las mujeres, porque la palabra de Dios permanece para siempre; Eva pecó primero, pero Dios no le pidió cuentas; pecó Adán, y enseguida vino el requerimiento del Hacedor sobre él, porque a él le había dado el poder. Dios reservó a la mujer, porque sabía que en este vaso, vendría la promesa de la simiente; como asimismo también para la continuidad de la nación de Israel, única nación, única raza (como al principio) lava la inmundicia de las hijas de Sión, para que ellos y su descendencia, los mansos del sermón del monte que recibirán la tierra por heredad, los que nunca pecaron y que por lo tanto no mueren, puesto que la paga del pecado es muerte, para que posean la tierra y funden naciones, porque hay un solo Dios.
Veamos lo dicho en:
Apocalipsis 14:3-5: Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas. Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos, y nadie podía aprender el cántico, sino aquellos 144 mil, que fueron redimidos (sellados) de entre los de la tierra. Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes (para traer la nueva simiente de hombre sin pecado). Estos son los que siguen al Cordero por donde quiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero; y en sus bocas no fue hallada mentira (no siguieron al padre de la mentira), pues son sin manchas (sin pecado) delante del trono de Dios.
POR ESTA ESCRITURA SE CUMPLIRÁ LO DICHO EN:
Isaías 65:23: No trabajarán en vano (tendrán frutos de la tierra pues no derramarán sangre ni pecarán de otro modo), ni darán a luz para maldición (ni ellos ni su descendencia morirán jamás); porque son linaje de los benditos de Jehová (la bendición es la promesa, lo que Dios les ha prometido, puesto que la prosperidad es solo añadidura de la bendición), y su descendencia con ellos (igual para sus descendientes por siempre). Dios hará posible en ellos, lo que perdió Adán en el paraíso, porque ellos no pecarán y por lo tanto no morirán; de esa forma se cumplirá la promesa de Dios dada a Abraham, pues su descendencia será continua por siempre en la tierra, lo que la hace incontable, puesto que en lo infinito de Dios, nadie podrá frenar su procreación y fructificación  eterna.
Israel es bendecido por Dios para ser nación eterna, mediante esta promesa, porque escrito está que en Isaac te será dada descendencia (Esta promesa no alcanza a los gentiles).
LA IGLESIA O CUERPO DE CRISTO.
No temáis manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino. (La iglesia es una manada pequeña, por lo tanto, su número se podrá contar)
Romanos 8:17: Y si hijos, también herederos de Dios, y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él, seamos glorificados. (Como hijos, somos herederos de Dios, y coherederos con Cristo) Dios le dijo a Cristo su Hijo: Pídeme y te daré por herencia las naciones; de esta herencia dada a Cristo, nosotros somos coherederos con él de las naciones, lo que Cristo heredera, de igual forma lo heredamos nosotros, por lo tanto, nunca seremos la herencia sino los herederos.
Mateo 22:30: Porque en la resurrección ni se casan, ni se dan en casamiento. (La iglesia no seguirá procreando, su número seguirá igual)
1ª a los Corintios 12:27: Vosotros sois pues, el cuerpo de Cristo (nunca una nación), y miembros cada uno en particular (cada quien ejerce su función dentro del cuerpo de Cristo, quien es la cabeza de él).
Miremos:
Efesios 1:22-23: Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel, que todo lo llena en todo.
Recordemos el orden de Dios: Como Dios  soberano desecha al pueblo gentil, y del pueblo gentil llama a un hombre: Abraham, para formar la nación de Israel, nación para él eternamente. Luego desecha a Israel como nación, y en un hombre, Cristo, medio de la fe, y bajo su gracia, funda la iglesia o Cuerpo de Cristo o su Esposa. Jesucristo viene a las ovejas perdidas de la casa de Israel, y las llama a esta fe, a esta gracia, y la nación de Israel expulsa de su comunidad considerándolos gentiles, a todos los que aceptan a vivir por la fe por medio de la gracia en Cristo, y no por medio de la ley.
Veamos lo dicho en:
Judíos expulsados de la comunidad: Isaías 66:5: Oíd palabra de Jehová, vosotros los que tembláis a su palabra: Vuestros hermanos que os aborrecen y os echan fuera por causa de mi nombre, dijeron: Jehová sea glorificado. Pero Él se mostrará para alegría vuestras, y ellos serán confundidos.  1ª a los Tesalonicenses 2:15: Los cuales mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos expulsaron, y no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres.
 La generación mala y perversa de Israel, rechaza la gracia de Dios, y automáticamente se condena para la eternidad; pero las ovejas perdidas de Israel que fueron rescatadas o redimidas en la sangre de Cristo, creyeron que esta salvación era solo para ellos, porque pensaron que lo profetizado por los profetas, sólo se cumpliría en el Israel que aceptara a Cristo, y este era ellos.
1ª de Pedro 1:10-11 Acerca de esta salvación, los profetas que profetizaron de la gracia que vendría a vosotros, diligentemente inquirieron e indagaron, procurando saber qué persona o tiempo indicaba el Espíritu de Cristo dentro de ellos, al predecir los sufrimientos de Cristo y las glorias que seguirían. A ellos les fue revelado que no se servían a sí mismos, sino a vosotros, en estas cosas que ahora os han sido anunciadas mediante los que os predicaron el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas a las cuales los ángeles anhelan mirar.
Dios ha guardado sus misterios desde la creación, y los fue revelando, no para que se le interpretara, sino para que se le entienda y se le conozca. De esa manera sus hijos podemos derribar todo argumento que se levante contra el conocimiento de Él; en Apocalipsis encontramos la revelación que Dios nos dio de Jesucristo en su estado glorificado, siendo contraria toda interpretación que se de de él, que no esté en concordancia con lo dicho en esa Escritura.
Uno de los misterios escondidos por Dios que también le fue revelado a Pablo, lo vemos en el siguiente pasaje Bíblico, en cumplimiento a lo dicho en Amós 3:3: No hará Jehová nada, sin que revele sus secretos a los siervos los profetas:
Colosenses 2:2-4: Para que sean consolados vuestros corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas del pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios Padre, y de Cristo, en quien (ese misterio) están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas. (Filosofía).
En ese misterio revelado a Pablo del Dios Padre y de Cristo su Hijo, es donde están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento, pero que las interpretaciones filosóficas contra las que allí mismo advirtió Pablo, y que Pedro nos muestra que hay algunas de esas Escrituras de Pablo,  difíciles de entender, las han torcido para su propia perdición, imaginando a un Dios trino o un Jesús Dios. Recordemos que la autoridad de Pablo, está sustentada por la Escritura que a continuación examinamos:
Gálatas 1:11-12: Pues quiero que sepáis, hermanos, que el evangelio que fue anunciado por mí no es según hombre. Pues, ni lo recibí de hombre, ni me fue enseñado, sino que lo recibí por medio de una revelación de Jesucristo.
Gálatas 1:15-17 Pero cuando aquel que me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien revelar a su Hijo en mí para que yo le anunciara entre los gentiles, no consulté enseguida con carne y sangre, ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo, sino que fui a Arabia, y regresé otra vez a Damasco.
Gálatas 2:6 Y de aquellos que tenían reputación de ser algo (lo que eran, nada me importa; Dios no hace acepción de personas), pues bien, los que tenían reputación, nada nuevo me enseñaron.
Pablo esperó catorce años para dar a conocer esta revelación:
Gálatas 2:1-2 Entonces, después de catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también a Tito. Subí por causa de una revelación y les presenté el evangelio que predico entre los gentiles, pero lo hice en privado a los que tenían alta reputación, para cerciorarme de que no corría ni había corrido en vano.
LAS COLUMNAS DE LA IGLESIA RECONOCIERON A PABLO COMO MINISTRO A LOS GENTILES:
Gálatas 2:7-9 Sino al contrario, al ver que se me había encomendado el evangelio a los incircuncisos, así como Pedro lo había sido a los circuncidados (porque aquel que obró eficazmente para con Pedro en su apostolado a los circuncidados, también obró eficazmente para conmigo en mi apostolado a los gentiles), y al reconocer la gracia que se me había dado, Jacobo, Pedro y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra de compañerismo, para que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los de la circuncisión.
A PABLO SE LE DIO LA ADMINISTRACIÓN DE ESTE MISTERIO OCULTO.
Efesios 3:1 Por esta causa yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús por amor de vosotros los gentiles (si en verdad habéis oído de la dispensación de la gracia de Dios que me fue dada para vosotros); que por revelación me fue dado a conocer el misterio, tal como antes os escribí brevemente. En vista de lo cual, leyendo, podréis comprender mi discernimiento del misterio de Cristo, que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora ha sido revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu.
Colosenses 1:24 Ahora me alegro de mis sufrimientos por vosotros, y en mi carne, completando lo que falta de las aflicciones de Cristo, hago mi parte por su cuerpo, que es la iglesia, de la cual fui hecho ministro conforme a la administración de Dios que me fue dada para beneficio vuestro, a fin de llevar a cabo la predicación de la palabra de Dios.
¿CUÁL ES ESE MISTERIO?
Efesios 3:6: A saber, que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, participando igualmente de la promesa en Cristo Jesús, mediante el evangelio.
PABLO COMUNICA ESTA ESPERANZA A LOS GENTILES:
Colosenses 1:26-27: Es decir, el misterio que ha estado oculto desde los siglos y generaciones pasadas, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.
Con esta revelación se nos aclara que todos los gentiles que han vivido por fe desde Adán hasta la segunda venida de Cristo, igualmente los israelitas desde Abraham hasta el mismo tiempo, que han vivido por fe, conforman el cuerpo de Cristo o Iglesia del Señor, que subirá a recibir al Señor hasta las nubes en su segunda; ya sea por resurrección los que hayan muerto, y por transformación los que aún vivan.
Esto está escrito en:
Gálatas 2:15-16 Nosotros somos judíos de nacimiento y no pecadores de entre los gentiles; sin embargo, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino mediante la fe en Cristo Jesús, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley; puesto que por las obras de la ley nadie será justificado.
EN LA REVELACIÓN DE ESTE MISTERIO, PABLO DICE QUE LOS DOS PUEBLOS, JUDÍOS Y GENTILES, DIOS HIZO EN CRISTO UN SOLO HOMBRE (No Nación):
Efesios 2:12-16: En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel, y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno (Un qué? adelante explica que es un nuevo hombre)), derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos (pueblos) un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios  a ambos en un solo cuerpo (iglesia o cuerpo de Cristo) matando las enemistades.
CPOR LA FE SOMOS HIJOS DE ABRAHAM.
Gálatas 3:6-7 Así Abraham creyó a Dios y le fue contado como justicia. Por consiguiente, sabed que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.
Gálatas 3:8 Y la Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, anunció de antemano las buenas nuevas a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. (Gentiles)
Gálatas 3:9 Así que, los que son de fe son bendecidos con Abraham, el creyente.
JUSTIFICACIÓN POR LA FE EN JESUCRISTO PARA JUDÍOS Y GENTILES.
LOS ISRAELITAS NO DEBEN VIVIR BAJO LA LEY (Los gentiles no han tenido ley).
Gálatas 2:19-20 Pues mediante la ley yo morí a la ley, a fin de vivir para Dios. Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Gálatas 3:2: Esto es lo único que quiero averiguar de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?

Gálatas 3:5: Aquel, pues, que os suministra el Espíritu y hace milagros entre vosotros, ¿Lo hace por las obras de la ley o por el oír con fe?
Y SON MALDITOS LOS QUE:
Gálatas 3:10 Porque todos los que son de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo el que no permanece en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.
Gálatas 3:12 Sin embargo, la ley no es de fe; al contrario, El que las hace, vivirá por ellas.
CRISTO TERMINÓ CON ESA MALDICIÓN.
Gálatas 3:13-14 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: Maldito todo el que cuelga de un madero), a fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe.
Gálatas 3:16 Ahora bien, las promesas fueron hechas a Abraham y a su descendencia. No dice: y a las descendencias, como refiriéndose a muchas, sino más bien a una: y a tu descendencia, es decir, Cristo (el segundo hombre o nuevo hombre que es el Señor, es del cielo) Esta promesa que es por fe en Cristo, si alcanza a los gentiles.
Gálatas 3:18 Porque si la herencia depende de la ley, ya no depende de una promesa; pero Dios se la concedió a Abraham por medio de una promesa.
Gálatas 3:19 Entonces, ¿Para qué fue dada la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniera la descendencia a la cual había sido hecha la promesa, ley que fue promulgada mediante ángeles por mano de un mediador.
Gálatas 3:24 De manera que la ley ha venido a ser nuestro ayo para conducirnos a Cristo, a fin de que seamos justificados por fe.
Gálatas 3:25-26 Pero ahora que ha venido la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús.
DE ESTA MANERA PARTICIPAMOS DE SU NATURALEZA:
2ª de Pedro 1:4 Por medio de las cuales nos ha concedido sus preciosas y maravillosas promesas, a fin de que por ellas lleguéis a ser partícipes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el mundo por causa de la concupiscencia.
Romanos 8:9 Sin embargo, vosotros no estáis en la carne sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en vosotros. Pero si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él.
Gálatas 3:27-29 Porque todos los que fuisteis bautizados en Cristo, de Cristo os habéis revestido. No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús. Y si sois de Cristo, entonces sois descendencia de Abraham, herederos según la promesa (Por medio de la fe).
Efesios 2:17-19 Y vino y anunció paz a vosotros que estabais lejos (gentiles), y paz a los que estaban cerca porque por medio de El los unos y los otros tenemos nuestra entrada al Padre en un mismo Espíritu. Así pues, ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino que sois conciudadanos de los santos y sois de la familia de Dios.
LA PROMESA QUE ES POR LA FE, NO HACE UN NUEVO PUEBLO, NI UNA NUEVA NACIÓN, SINO UN NUEVO HOMBRE: CRISTO!
Efesios 2:14-16 Porque El mismo es nuestra paz, quien de ambos pueblos hizo uno (¿Un qué?), derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne la enemistad, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos (pueblos) un nuevo hombre (no nuevo pueblo), estableciendo así la paz, y para reconciliar con Dios a los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella la enemistad.
ESTO LO CORROBORA
Colosenses 3:10-11: y os habéis vestido del hombre nuevo, el cual se va renovando hacia un verdadero conocimiento, conforme a la imagen de aquel que lo creó; una renovación en la cual no hay distinción entre griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro, escita, esclavo o libre, sino que Cristo es todo y en todo.
Recordemos que:
Efesios 4:4 Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también vosotros fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.
Traigamos a la memoria que:
Hay cuerpos celestiales (del cielo, que morarán en la Nueva Jerusalén), y hay cuerpos terrenales (de la tierra); pero una es la gloria de los celestiales (partícipes de la naturaleza divina), y otra la gloria de los terrenales (no partícipes de esa naturaleza). 1ª a los Corintios 6:17 Pero el que se une al Señor, es un espíritu con Él. Cristo es la cabeza, la iglesia es el cuerpo, y al unirnos con él, un espíritu somos con él.
Pablo afirma en  Efesios 3:14-15: Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos, y en la tierra. (Familia de Dios en los cielos, y familia de Dios terrenal, en la tierra; todos somos en Cristo, hijos de Dios, pues Dios quiso reunir todas las cosas en Cristo)
Efesios 2:20: Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular, en quien todo el edificio, bien ajustado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor, en quien también vosotros sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.
1ª de Pedro 2:5 También vosotros, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por medio de Jesucristo.
Todo volverá como al principio de la creación, en que Dios creó los cielos y la tierra; cuando Dios dijo: Hágase la Luz, y la Luz se hizo, esta Luz no es otro que Cristo su Hijo, que también dijo: Yo soy la luz del mundo. Esta Luz  o Hijo de Dios, dio a conocer al Padre; y en él y por él y para él, fueron hechas todas las cosas. Dios es el Padre de las luces, y en Cristo, creó el ejército de los cielos, o luces-espíritu, como los ángeles; Satanás fue creado en la Luz, en Cristo, pero cuando Dios hizo al hombre del polvo de la tierra, y le dio el poder de señorearse sobre la creación, esto produjo la rebeldía de Satanás y sus ángeles, y dejando la Luz, fueron arrojados al reino de las tinieblas o ignorancia o desconocimiento de Dios. La Biblia dice que Satanás y sus ángeles eran más o menos la tercera parte de los espíritus creados, que en cabeza de Satanás, hicieron pecar al hombre, para que este fuese también como ellos, trasladado al reino de las tinieblas; los hombres que han muerto, mueren y morirán en este reino, son una cifra muy elevadísima, pero que en Cristo, esto vuelve a darse en la tierra en la nación eterna de Israel, la cual, en la eternidad se seguirá procreando, y nadie podrá contar su descendencia puesto que es infinita. Esto va a reponer y rebasar el número de los que al final mueren por causa del pecado, y Satanás será el gran perdedor en cuanto a la raza humana ú nombre terrenal. En cuanto al hombre celestial, al segundo hombre que es el Señor, la iglesia será incorporada a él que es la cabeza, formando así un solo hombre: Cristo, llenando el espacio dejado por Satanás y sus ángeles. Por eso Salomón dijo:
Eclesiastés 4:15 dice: Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; tanto las luces en la luz, como el hombre en la tierra, eso fue ya, y ahora vuelve a ser en Cristo Jesús;  y lo que ha de ser, fue ya, porque aún solo está la fe y la promesa a Israel, pero que en el cumplimiento de los tiempos, eso que ha de ser, será, porque ya fue.
No olvidemos que: La bendición de Dios está en lo prometido en su Palabra; por eso Pablo dice: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual, en los lugares celestiales en Cristo Jesús; estamos bendecidos por esa promesa por medio de la fe, como el Israel nación eterna está bendecido por la promesa de ser nación delante de Dios eternamente. La prosperidad no es una bendición en sí, porque lo físico presente no es del reino de los cielos; ella es producto o añadidura de la bendición o promesa dada por Dios.
 EN CUANTO A LAPRIMOGENITURA, CRISTO ES EL PRIMOGÉNITO DE TODA CREACIÓN,  ISRAEL COMO NACIÓN ES TAMBIÉN PRIMOGÉNITO ES PRIMOGÉNITO.
Cristo es el primogénito de toda creación: Colosenses 1:15. Hebreos 12: 23: a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos.
 Israel lo es también: Éxodo 4:22: Y dirás al Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito.
EL PRIMOGÉNITO RECIBE DOBLE HERENCIA:
Deuteronomio 21:17: Más al hijo de la aborrecida reconocerá como primogénito, para darle el doble de lo que le correspondiere a cada uno de los demás, porque es el primogénito de su vigor, y suyo es el derecho de la primogenitura. (De Jehová son los primogénitos: Número 3:13 y 8:17).
La Iglesia como cuerpo de Cristo, recibe doble herencia: Ser el cuerpo de Cristo en su naturaleza, y heredar con Cristo las naciones.
Israel también: Ser parte del cuerpo de Cristo, y nación eternamente.
Por último, esto les pido en el nombre de nuestro Señor Jesucristo: combatamos la filosofía infiltrada en la doctrina apostólica desde más o menos el siglo tercero, en el período de la apostasía, el cual fue necesario en el programa de Dios hasta los últimos tiempos; volvámonos a las sendas antiguas, y preguntemos cual es el camino, y andemos por él.
 
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