Jose
Publicado en Apr 25, 2010
Siempre me he preguntado ¿Por qué?Tengo muchas razones o situaciones que quizás sean la base o motivo de la muerte de mi amor hacia “el hombre de mi vida”, algunos tan inconfesablemente vánales y espurios que me avergüenzan…Pero hay uno que me hirió mortalmente, quizás fue el comienzo del fin, o el fin mismo… me sentí humillada como nunca en la vida, por quien yo menos pensaba. Tome conciencia de lo vulnerable que era ante sus palabras… la pregunta fue tan escueta y directa que me quede casi muda… “ ¿negra vos me cagaste?... ¿tenés un amante?...De ahí en más, todo cambio… y no sé si para bien o para mal… solo sé que cambio…Eran los últimos días de abril… nunca jamás tan bien aplicado la frase de esa canción que dice… QUIEN ME HA ROBADO EL MES DE ABRIL…. Ese año me lo robaron, me robaron la primavera que exudaba mi piel y vino el más crudo de los inviernos, sin otoño de preludio…Al abril le siguió un mayo espantoso, no por lo que pasaba, sino por lo que no pasaba… yo era un ente, respiraba, trabajaba, atendía mi casa y mi familia pero no sentía ni pensaba en nada más allá de eso.
Había resumido mi existir a cumplir con el mandato del “deber ser” que asumí cuando me case. Nunca había sido demasiado complejo para mí, ni extenuante… pero cuando algo no te gusta, y lo haces por obligación, se vuelve desgastan te….Se respiraba una falsa armonía… que fue transcurriendo sin más altibajos que los normales… las discusiones de donde están las medias!!… o por qué no miras lo que hicieron las chicas!!….Las noches se me volvían eternas… dormir era mi suplicio personal… debía dormir…. Pero no podía y no quería… por que cuando dormía mi inconsciente se revelaba, y dejaba de ser el ente para tener sentimientos y sufrimientos… me dolía estar viva sin vivir.Después de mayo, junio y julio fueron caóticos… agosto fue tortuoso y ya mis sentimientos buscaban manifestarse de tal manera que mi cuerpo sufrió sus avatares…Primero contracturas varias… luego “rosácea”… sin contar con la “menopausia” prematura de la cual me anoticie, la que confundí con embarazo y me sumió en una gran tristeza, lo asumí con entereza… pero tenía 33 años…. Que entereza se puede tener siendo “estéril” a esa edad, y aunque no planeaba tener más hijos… el no poder… sobre el no querer, te hace ruido….Eran los primeros días de septiembre, creo que siete u ocho, el día empezó normal.Me levante, vestí a las niñas, las lleve al colegio, volví, me bañe y espere a que me pasaran a buscar. En realidad dicho así suena hasta rutina normal de persona común… pero lo cierto es que me desperté sobresaltada porque me había quedado dormida, desperté a las chicas y las vestí más que volando, no les di desayuno y lleve a las princesas casi corriendo.Al llegar a casa, mi marido estaba escudriñando una pila de medias para hallar un par (las medias siempre ha sido “todo un tema” en mi casa) rezongando por lo bajo sin decir nada pero diciéndolo todo con sus murmullos. Me bañe al arrullo de reclamos varios, ruidos de cierre y apertura de cajones en forma estrepitosa, para que yo, -como siempre- saliera disparada y a medio secar a darle el par de medias que él era incapaz de hallar por si solo…Empezó la discusión, primero por las medias, después por que la plata no alcanzaba, seguido de su tan renombrado “papel de víctima” agobiado por la situación y mi siempre poco considerada forma de no entender lo que pasaba….Me fui vistiendo sumida en rabia y angustia, no me maquille, primero porque… una no se maquilla mientras discute, ya que pierde concentración y segundo, …el maquillaje se me corría con las lagrimas…. Y como era lógico, sonó la bocina del auto, como la campana de un “ring side”. Pero por primera vez en mi vida salí a la calle llorando…Al subir al auto resumí la situación en… -discutí con este idiota que tengo de marido-… y mi amiga me reconforto poniéndose de mi lado, como se acostumbra en estos casos, con una mirada de tenerte lastima y querer estimularte a que “no era tan grave”… no lo logro evidentemente, pero la música y el cambio de aire pusieron un manto de piedad a mi infierno personal.Hicimos un par de trámites, y siendo las 11 y media de la mañana, me quede en “lomas” con la consigna de: tranquilizarme, y dejar que todo se tranquilice. Pagar una factura de un electrodoméstico y volver a casa.Pague la factura, y desde las doce menos veinte a las 5 y media no tengo muy claro lo que paso, se que empecé a caminar por el centro de Lomas, a mirar vidrieras.Serán 8 cuadras que no sé cuantas veces recorrí. Perdí la noción del tiempo, del lugar, de la gente…mi propio infierno personal me consumía. Había decidido que terminar con mi vida era la solución más adecuada.Primero evalué tirarme delante del tren, pero la verdad no tenia certeza de que me iba a animar… aparte, y aunque suena gracioso, pensé que iba a quedar toda destrozada y nadie me iba a velar, y yo quiero un “velorio como la gente”…La segunda opción era tirarme abajo del 318, pero me surgió la idea de que quizás carecía de seguro, y mis hijas no iban a poder cobrar nada por mi “accidente”.Apabullada entre tanta idea suicida con divergencias de moral, y realidad social, me metí en un ciber.Aparte convengamos que tengo tanta actitud de suicida como de aviadora…o sea ninguna… Suena tan ridículo, pero una charla de chat me salvo la vida, o evito que atentara contra mi vida…Me senté, acomode mi carpeta, mi cartera, prendí un cigarrillo, y comencé a manipular esa computadora con la habilidad de un cavernario. Llegue después de mucho esfuerzo y tratando de recordar bien denominación de cuenta y contraseña, a una página que se desplego mostrando varias salas de chat.No tenia audio, pero igual me llego un mensaje privado, que decía: Él: hola Yo: hola Él: de donde sos? Yo: argentina vos? Él: yo también, pero de que parte? Yo: planeta tierra, sud América, argentina, buenos aires, Alte. Brown, Burzaco jajjaja Él: yo también Silencio… me sorprendi tanto que no podía escribir… mira si me conoce, quien será… ahí se atiborraron preguntas al teclado…quería detalles, quería saber más, y mi interlocutor daba respuestas tan escuetas como generadoras de curiosidad por mi parte.Me pregunto y le pregunte a que se dedicaba, había cambiado mi humor, empecé a usar la ironía, a sonreírme con mis propias ideas, y en un momento me dijo… El: me tengo que ir anota mi numero 15 042….. Yo: ni pienses que te voy a llamar. El: anótalo y me llamas así tomamos algo 15 042….. Yo: te dije que estoy casada El: pero no castrada, tomemos un café El: anótalo 15 042….. El: 15 042….. Y sin un atisbo conciencia y/o moral, anote el teléfono en mi agenda azul.Me había quedado sin crédito en el teléfono, y no tenía dinero ni para comprar una tarjeta, solo me quedaba dinero para pagar el ciber, tomar el colectivo.Me levante y salí casi eyectada hacia la parada del colectivo, tenía un nuevo motivo de pensamiento “Sebastián”, que era el nombre que me mintió por chat, pero a mí me sonaba verdadero, real y excitante. Llegue a mi casa tipo seis y media.Compre una tarjeta y la cargue con total premura.Casi temblando como adolescente, cliquee 15 042…. Y del otro lado sonó un HOLA…Me quede pasmada. Corte. Pensé para mis adentros… estoy loca, es un pendejo.Llame un remis, ya que debía ir a buscar a mis hijas a un cumpleaños.Mientras las iba a buscar volvi a llamar pero esta vez el teléfono no respondió.Al llegar a casa con las nias, ellas se fueron a jugar al fondo y me anime a volver a llamar. Al atender yo también le dije hola y como un niño que se siente defraudado por que descubrió el truco del mago, le reproche que me había mentido la edad…Vos no tenes más de 17 años, no me jodas… Tenes voz de pendejo…Me dijo que era cierto, que no tenia 29, que tenia 27, pero que si me decía la edad yo no lo iba a llamar… y que se llamaba Jose. A partir de ese día, me empezaron a llegar sus mensajes de texto. Todos los días o cada tanto me escribía, desde un…-hola bonita-…a pequeñas galanterías…. Se convirtió en mi motor de vida. No recuerdo si en esa ocasión en el ciber le había pasado webcam, no sé a ciencia cierta si yo tenía siquiera foto, pero él un extraño total sin conocerme me decía bonita, me hacía sentir bonita. Esto era algo que yo hacía tiempo había olvidado, el sentirme bonita, el sentirme halagada, ser más que un mueble parte del escenario de la casa. Se sucedieron los meses y mi matrimonio hacia agua, también se sucedían los mensajes, y un par de llamadas de mi parte.Un día de abril, llego la frase matadora… quiero verte.Ese día sin más dije si, seguida de la intriga de cuando y donde.Se barajaron mil posibilidades, pero yo era una mujer casada.Si bien mi matrimonio estaba a la deriva, debía cumplir con el deber de fidelidad, por otra parte surgía en mi la licencia que todos nos damos alguna vez… no va a pasar nada que yo no quiera que pase… lo que jamás preguntamos es si en realidad al aceptar, ya tenemos expectativa de que algo pase.La cita fue en mi estudio. El llego casi puntual, con el tiempo aprendí que José, tiene un reloj a contramano del mundo y sus diez minutos van desde diez minutos a hora y media…Le invite café, charlamos, le conté mi vida… pero creo que de puro nerviosismo hable demasiado.No podía dejar de mirar sus pestañas. Negras largas y rizadas, le daban a esos ojos encantadores y cristalinos un marco de grandeza.Morocho, de rasgos delicados, con pequeñas marcas de expresión, muy joven, demasiado joven aunque esa barba candado tratara de emular mayor edad.Hablaba con mucha naturalidad, su risa era contagiosa, es muy gracioso cuando se ríe y es inconfundible. Su risa tiene tonos particulares, como la risa de un niño de seis o siete años…Me pidió un beso, algo que no solo me sorprendió, sino que me horrorizo por que escuche de mi propios labios decir si, sin más trámite.En el mismo momento que la única vocal del si se deslizaba de mi voz, propuse un par de argumentos espurios que ni yo me creía.Que no puedo, que no corresponde, que este es mi estudio, que soy una mujer casada…El se levanto, tomo mi mano y con su otra mano tomo mi nuca y me rozo los labios, suave, dulce y delicado.Me dio un beso precioso, primero dulce y sin prisas, después apasionado y tierno… un beso eterno que revoluciono toda mi humanidad.Era como un tónico mágico… todo reverdeció en mí, me sentía una adolescente. Temerosa, frágil y decidida a que eso no acabe jamás.Me desprendí nerviosa cuando volví a tener sentido de la realidad…No sabía que decir… pensé que era un sueño, me sentía impúdica por mi accionar, por todos los preceptos morales y éticos que había mancillado, y por otro lado libre y deseosa de que hubiera más de eso tan rico, tan deliciosamente pecaminoso que acababa de recibir.Cerré el estudio, y partimos hacia la estación a tomar el colectivo que me llevaba a mi casa, el me dijo que él se bajaba antes, porque lo esperaban sus amigos para salir. Evidentemente hablábamos mucho en el colectivo, pero sin nada fuera de lugar más que comentarios de amigos de años, porque soy muy pudorosa y sabía que estaba en falta.Descendió del colectivo sin más trámite, y me despedí con su mirada clavada en mi cuando el colectivo volvió a retomar su marcha.A estas alturas tenía un cortocircuito de ideas en mi cabeza, hacia quince días que no veía a mi esposo, al que tampoco tenía ganas de ver, hacia quince días que se había ido “al campo “y yo había faltado a los votos maritales por que había dado un beso de amor a un extraño.Parece mentira, pero cuando una mujer esta carente de afecto, y yo a estas alturas estoy convencida de que soy una gran carente de afecto, no por que la gente de mi entorno no me lo brinde, sino porque tengo incapacidad de permeabilizarlo, estas cosas suelen suceder.Al otro día hubo un llamado… quiero verte… cuando… ahora…Salte del pavor que me dio la idea y lo excitante en que se convirtió.De la noche a la mañana pasaría a ser una infiel.Me asaltaron todos los miedos, pero la adrenalina corría por mi piel.No creo que en ese momento haya tenido conciencia de lo que hacía, ojo que si la hubiera tenido lo hubiera hecho igual.Llame a mi madre, le pedí si podía cuidar de las niñas un par de horas y me fui.Simplemente me fui a encontrarme con lo desconocido, otra piel, otro hombre, a torcer mi destino…El encuentro callejero fue de lo más distante, hablar como viejos amigos, sin más acercamientos ni contacto físico que el beso inicial.Al llegar al “telo”, y subir al ascensor nos besamos como si ese viaje nunca terminaría. Nos metimos a la habitación, y el suavemente y con la presteza de un gran amante me fui guiando y me desnudo con todo el tiempo del mundo.Y me beso y me acaricio y me hizo sentir deseada, y lo peor mi deseo era manifiesto, con el aprendí lo que se del deseo…Fue una experiencia única e irrepetible, me sentí mujer, entregada al deseo y a las ganas.Salí de ahí renovada. Nueva. Había nacido al mundo una nueva mujer, no sé si mejor y seguramente menos virtuosa que la anterior, y si bien mi pecado me condenaba, mi existir tomaba una nueva iniciativa. Sé que estas palabras pueden generar dolor, y hacer daño, pero también sé que son el desahogo que necesito hoy que estoy tan desanimada de vivir como ese día en que entre al ciber a chatear con ese desconocido que me cambio la vida.
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Juana de Arco :)
Saludos
raymundo