Mueca de cuerda
Publicado en Apr 26, 2010
¿Qué soy yo sino una muñeca de cuerda que no hace nada más que sonreírle a los demás? Rota por dentro, hecha pedazos. A veces no siento nada, otras tantas lo siento todo, suelo ser indiferente ante el sufrimiento empezando por el propio, aunque también pasa que no soporto nada de peso sobre mis hombros.
Nadie lo nota... Podrían verme llorando y aún así no percatarse de que hace mucho no estoy entera, o bien que nunca lo estuve. Me creen tan fuerte, pero soy la persona más frágil que conozco, quizás me subestimo, francamente no estoy segura. Forcé demasiado la cuerda y ahora incluso ella se ha roto, es lo que soy un juguete que siempre ve a los demás desde arriba de un estante, haciendo imposible que alguien le alcance o lo desee, me ven tan lejana que prefieren no esforzarse. Si supieran cómo estoy por dentro, me tendrían miedo... Sé que así sería, estoy segura de que huirían, por eso no... no deben saber todo cuánto me pasa, no estoy loca, sólo soy demasiado imaginativa... eso suena a que me miento a mí misma o al menos lo intento. De nuevo lo siento, me resquebrajo y no puedo hacer nada por evitarlo, las grietas de mi alma son tan profundas que se traspasaron hasta mi carne, no entiendo cómo puedo mantenerme en pie, no comprendo cómo es posible que nadie se dé cuenta o que al notarlo no le den importancia... He entregado todo a los demás hasta quedarme sin nada, "no seas egoísta" es lo que me han repetido hasta el cansancio desde que tengo uso de razón, pues felicidades, lo apliqué tan bien que no quedó nada, ni siquiera un minuto que pueda llamar mío. Sin embargo aún me siento la peor persona del planeta. No importa lo que haga, cuánto me esfuerce o si soy capaz de entregar mi vida por otra persona o una buena causa, nada cambia mi sentir... No sé cómo hacen los demás para tragarse mi máscara de arlequín sonriente y no notar la muñeca de cuerda que está harta de llorar, oxidé mi mecanismo y ni siquiera eso puedo hacer ahora. Agoté mis lágrimas y lo único que me queda es un nudo en la garganta, inútil... me siento tan inútil, más ahora que me acabé de romper. Por eso hago tanto, por eso me esfuerzo en demasía y aún así no es suficiente... Nunca lo es. La gente suele portarse como si fueran barriles sin fondo y mientras más entrego, más quieren de mí. Era cierto lo que decían, debo estar loca, debo ser la peor persona que haya caminado sobre la tierra, es quien soy, fin del asunto. Los demás no pueden ver eso, creen que soy tan buena, creen que soy tan fuerte, ven a quien yo no puedo ver, porque no existe. En medio de mi tristeza y mi soledad, siento una vez más la cuerda que se esfuerza por volver a funcionar, pero no servirá de nada, truena lentamente poco a poco, gastando todavía más el mecanismo que a pesar del óxido ha funcionado tanto, de pronto ni siquiera suena... Se acabó de romper completamente, dio de sí cuánto pudo, pero le llegó el momento. Lo poco que quedaba entero dentro de mí, se rompió entre crujidos intensos y dolorosos que sólo yo pude percibir, aquí yace una muñeca con la que ya nadie querrá jugar nunca, tirada en el piso porque acabó cayéndose del estante, aunque francamente no creo que nadie note el vacío que quedó en el mueble o que a alguien le importe verme en el suelo, si antes no me notaron ¿qué me hace pensar que estando aquí lo harán? Quizás acaben pateándome por equivocación, pero siendo honesta... Eso ya lo hacían. Veo trozos de mí en el suelo, esparcidos por doquier, claro que nadie tiene intención de recogerlos y yo soy incapaz de hacerlo. Dejaré que todo siga su curso, después de todo, creo que lo peor ya pasó.
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Juan Sambra
Karen Elizabeth Mejia Galvan
gabriel falconi
me encantó
te dejo 5 estrellas