ambulancia, taxi y hotel
Publicado en Apr 29, 2010
Ambulancia, taxi y hotel
Ambulancia existía, y se manejaba con total impunidad por las calles de la ciudad Solía mezclarse entre aquellos que deambulan firmes, prestos a dar batalla contra la muerte Ambulancia no es un qué; taxi no es un cómo; ni hotel es quien, ya sea por separado o en conjunto, el destino, la fatalidad y el desequilibrio pueden juntarlos Determinara la pena o el alivio él en que se conjuguen, pueden juntarse también en las historias... El enfermero audaz Sus días transcurrían en una sórdida monotonía vestida con un ambo azul, ha perdido ese brillo en los ojos, la emoción en los brazos y cualquier otro rastro que nos hace especiales. Se levanta una y otra vez de la misma manera, quizás mate, o tal vez alguna pena, toma con coraje sus años a cuestas, sabe que si o si el hospital lo espera, ingresa de a poco y camina los pasillo con los mismos azulejos perfectamente calculados, los mismo pasos cuantificados, la misma firma una vez más, pobre infeliz sueña despierto que entrara la Venus de milo con la salud a en cero y le pedirá ayuda, que luego en sexo se la devolverá, el es un enfermero, sueña ser médico, el se siente menos queriendo ser mas, nadie dice que sus diálogos son huecos, nadie dijo jamás que su inteligencia toco un techo ,porque detrás del gesto, la barba y la cara de circunstancia se esconde uno de esos hombre que al verlos se siente casi de forma automática que sabe algo, aunque sea una cosa, más que uno, no importa cual mientras uno no la sepa, su nombre no importa siempre será enfermero, siempre será padrino,patiño,mozo o ayudante, pero con orgullo lleva su segundo puesto, el camina el lugar menos querido, un lugar tan requerido que se hace indispensable, en este se producen los milagros, nacen lagrimas, se gestan los abrazos más necesitados y claro se puede perder todo si así la vida lo desea, el pasea y se hace eco, se disimula entre el blanco, y carga con la seguridad de que tendrá que bailar de nuevo con la muerte, jamás le ha contado a nadie que esos cuerpos despojados de alma lo visitan en su cama, entre sueños siempre recurrente lo visitan, lo observan un instante y con el amanecer de un nuevo día al paraíso se van, el ,de nuevo al hospital , claro que no siempre lo envuelve la desgracia, tiene la costumbre dulce a mis ojos, de recorrer la sala de maternidad, y mira con una pureza envidiable a las criaturas ,algunas que descansan en sus brazos, les canta canciones que hace tiempo no se escuchan, y repite breves cuentos que se encuentran enterrados bajo años de historia. Sabía muy bien que pieza le tocaba en este baile en la pista de su trabajo siempre bailo con la más fea, no solo eso, sino que también portaba un oído extraordinario que no sabe de melodías, armonías pero si de escuchar, tenía en su memoria infinidad de relatos, de conversaciones que lo hacía casi un sabio, palabras calculadas, en el momento justo. Y como todo ser humano a quien le dedican una historia el enfermero portaba un secreto, algo oculto, algo mas; creía que tras su silencio se desenvolvía un rol que se asemeja a la labor del destino, caminaba los pasillos del centro de salud y desgraciados prestándole atención a cada enfermo, detenidamente en cada caso, un análisis médico, de ahí la conclusión y la decisión que respondía a su propia lógica, si no hay esperanzas no hay motivos, con la frialdad del hielo acaba con su dolor, su sufrimiento, de ahí el porqué de su silencio, para que nadie note su presencia, de ahí su meditación porque va pensando que habitación, donde actuar, tras que puerta, de ahí su audacia, ya que todos lo respetan, le hablan, todos a su juego se integran, el enfermero audaz camina los pasillos del hospital, sin vos ni alma, con gentil aplomo, con mucha paz, con paciencia. Hotel de miel Si los hay y cuan recurridos resultan ser en la efervescencia del amor Si los hay de a puñados grandes, chicos, de lujo, alejados de familias y de amantes De paso o para toda la vida, hay de cualquier tipo si no lo encuentran es por no buscarlos. Solo uno se escurre de los mapas de carreteras uno que todos desean, pero pocos llegas Pareciera como si fuera destino ,el hotel de miel esta en un lugar perdido desconocido para mi memoria, su función, su estructura, si se percibe que tiene vida y maneja el entorno , en su interior suscita todo lo que no se ha pensado, junta a viajeros con el corazón partido, caminantes, trapesistas,mujeres solas salidas de una almeja si hasta se dice que un día junto a dos ángeles que volaban en solitario, han especulado que data de tiempos bíblicos que en su interior se encendió el fuego original en el manzana y pasión el primer pecado. Llegan solos con sed y el alma en brazos , un conserje fiel los atiende y cura sus heridas, calma su sed, tira el peso muerto, los baña, les pide un minuto, sale cierra la puerta de a poco por casualidad un milagro se anticipa, el hotel que tiene vida a mi inocente creencia, busca un alma gemela que calme la sed y sostenga el alma para toda la vida, después de ser aceada,curada y redimida ingresa a la habitación con bendita trampa, es que una vez dentro no hay salida, el hotel de miel le han puesto muy lejos esta de la frivolidad o de la misma risa El vértigo del amor no provoca carcajadas, da angustia a despertar solo un nuevo día, aquí es solo un encuentro que experimentan los viajantes pero la soledad queda en la puerta, con el frio el viento, con las hojas de invierno, después de una noche es amanecer en compañía, le dicen paraíso le dicen cofradía, le dicen el milagro yo lo llamo el momento de la vida, por olvidar, por recorrerla tomada a una mano solos llegan se van de a pares, han intentado volver, en días de los enamorados, aniversarios o fechas consagradas después de casi cien años pero nadie lo encuentra y todos lo busca algunos desesperados, otros agradecidos, algunos con dinero, otros con un abrazo separado, dicen que quien es merecedor y emprende el viaje por el camino correcto da con el hotel de mi él, dicen que conoce el momento justo, el con ayuda del ciento te lo hará saber no hay un antes de un después, es solo el regalo a los seres especiales quienes más lo necesitan, y después dirán que no creen en la magia ni él, millones de enamorados no están equivocados, menos los que han pasado por el hotel de miel
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Elvira Domnguez Saavedra