EL TERRIBLE EQUVOCO.
Publicado en Apr 30, 2010
Después de casi una semana de desaparecido el cuerpo del niño fue encontrado flotando en las riberas del río. El pequeño pueblo estaba conmocionado, nunca en su historia se había registrado un hecho tan cruel y espantoso. San Jerónimo era un pueblo de gente religiosa, cumplidora de las leyes del hombre y de los preceptos y ordenanzas de Dios, pero desde casi un año las cosas habían cambiado, pues un forastero emprendió un negocio de rentas de películas, es decir un "Blockbuster" cualquiera, con la diferencia que el hombre se atrevió a incluir material altamente pornográfico, pero además de eso, también incluyó mercancía lúdica de carácter libidinoso como consoladores, muñecas exóticas inflables, látigos de siete colas, rosarios chinos y demás artilugios y artefactos de origen lujurioso y para la práctica pecaminosa.
En el pueblo muchos, por no decir todos, estaban descontentos con aquel nuevo local, sin embargo todos confiaron en los corazones rectos de cada uno y pensaron que aquel centro de pecado diabólico no tendría el éxito que esperaba su dueño, y que en corto tiempo tendría que cerrar el local. Pero no fue así, éxito total, el negociante inteligentemente había colocado una puerta trasera en el vapuleado almacén, por donde entraban y salían los incógnitos clientes. Pero el asesinato y la violación del jovencito de doce años cambio el curso de la historia, los habitantes del pueblo enfurecidos no encontraron más culpable que aquel hombre que se había osado de llenar de pecado la tranquilidad y la paz de todos. Armados, la brutal masa se dirigió hasta el negocio y rompieron la entrada, acabaron con el lugar e incendiaron con fuego purificador todo su contenido incluyendo al pobre comerciante que fue apaleado y dejado semimuerto dentro del lugar. El domingo se dio una solemne misa por el niño brutalmente muerto, se rezó un rosario a la Virgen Madre por la recuperación de la paz y de la vuelta a la absoluta religiosidad de San Jerónimo. El cura alzo los brazos al cielo y convido a todos a probar de la carne y la sangre de Cristo y mientras realizaba el acto dogmático de la transubstanciación pensó en su suerte, y entre tanto se regodeaba mirando aun lindo jovencito sentado al frente del pulpito que le pareció el cuerpo apropiado y exquisito para planear su próximo crimen.
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Felix Antonio Esteves Fuenmayor
oscar lugo
Felix Antonio Esteves Fuenmayor
Filiberto Oliveros
filiberto.
Daniel Florentino Lpez
Buen suspenso
Felicitaciones!
Un abrazo
Daniel
alma