Me muevo en la poesía de las costas
que arrastra veleros y balandras.
Soy llevado hasta las banderolas
que en cada puerto expulsan su vacío.
Mis sentidos son aquí inmateriales
y se disciernen sobre las cosas tácitas.
Hay versos de esperanzas y alegrías
y en todos soy transparencia inherente.
Soy llama arrancada del pabilo
y convertida en musicalidades.
Me incremento ante el oleaje
y duermo en las cúspides de viejos tajamares.