Te espero en la misma redoma
donde miramos los primeros cerezos
y vino la tarde y se fue la madrugada
y el tiempo nos sembró como tallos de amores.
Aquí te espero: Cerca de los terrones
donde sentimos que éramos de lava
y sentimos los párpados nubosos
en el momento justo de mordernos los labios.
Espero que te guste mi acompañamiento
como siempre te gustó revolcarte en los truenos.