El momento más feliz de mi vida fue cuando finalmente el público se levantó de sus butacas y me escupió, me mentó mi abuela muerta, y me lanzó botellas y papeles tan sucios como el más pequeño y el más grande de los improperios que recibí en un instante. Los aplausos no me causaron jamás tanto placer como aquella andanada de odio verbal y físico... !Finalmente me habían entendido, no sé si todos ellos, pero igual un "algo" les hacía saber que el arte-mierda salido de mi puño y letra no era un panegírico literario, ni un homenaje a todo lo que no merecía homenaje (generalmente cada cosa del universo existente e imaginario), sino más bien una amenaza de muerte, una exhortación a prenderle fuego a cada padre y a cada madre con sus hijos, a cada objeto sacro, a cada artista, pirómano (Gracioso, ¿no?), escritor, político, deportista, cura, universitario, colegial, chofer, actor, limpiaculos, seudo-intelectual y rasca-espaldas del planeta... Etc, etc... (ese etc abarcaba cada ser viviente en dos patas y con el don del habla, salvo los pobres pájaros de la familia de los loros)
Y es que mi-arte les cayó como una gran meada que le faltaba el respeto a la vida, y que al mismo tiempo lanzaba una llamada de auxilio: !Alguien levántese y máteme de una vez...!

Luego de eso, mi hueco espiral se me desprendió de la frente, así que mis amigos pasaron el resto de la noche buscando a tientas entre los restos de la tertulia... Nadie comió sus cabezas ni les prometió amor eterno... Fue una bonita velada. Quedó toda en video.



Lady Larshetis Hermanubis Iblis