Un cuento pastuso...
Publicado en May 29, 2009
Prev
Next
Image
Nací en una pequeña ciudad lindante con el Ecuador, que se extiende sobre la  accidentada topografía de la cordillera de los Andes, sus altiplanos se aprecian bellamente, como  una inmensa colcha de retazos poli matizados distribuidos entre los pisos térmicos cálidos, medios, fríos y paramos, asidos irregularmente unos con otros formando así el  paisaje.  "mi Tebaida", la ciudad de las nubes verdes como llaman a  "Ipiales", cariñosamente  mis coterráneos;  porque en los fríos atardeceres, las nubes adquieren un color verduzco, fenómeno natural definido cuando el reflejo moribundo de los rayos solares, colisionan en la cumbre nevada del volcán  "Cumbal", que siempre se mantiene encapotado. A siete  kilómetros de esta ciudad, está la basílica del "Santuario de las Lajas", de singular arquitectura empotrada en los peñones del "rio Guaitara", un milagro de Dios,  que emerge del abismo, lugar de oración, peregrinación y turismo desde el siglo XIX.
  
En su interior se rinde culto a la "virgen del Rosario", cuya imagen pintada en una piedra laja por un autor desconocido, es concurrida y venerada por feligreses del todo el mundo que a diario llegan en romería a visitarla, atiborrando los accesos al santuario característicamente escalonados por la topografía del terreno, de exvotos y placas con agradecimientos alusivos a milagros y favores recibidos, así como con gran variedad de aparatos ortopédicos que dan testimonio de frecuentes curaciones.
  
Por avatares de la vida mi formación y estudios transcurrieron en "San Juan de Pasto", la ciudad soñada capital de Nariño, que airosa y apacible se extiende en el "valle de Atriz", al pie del  "volcán Galeras". Ciudad  resignada a sus amenazas eruptivas de gente amable, guerrera y cordial que  cuando se hace evidente un ligero incremento de flujo de emisiones de fuego, humo  y ceniza, con unos tapabocas en la mano, resignados que solo atinan en decir - eso no pasa nada, vecinita... el amigazo nuevamente nos está mamando gallo-. En sus laderas y falda además de poseer un exuberante santuario de fauna y flora, estriban una serie de pequeñas poblaciones conformadas por humildes campesinos dependientes de los frutos que les brinda la tierra volcánica "ganadería y agricultura" también amenazadas por la actividad sísmica del volcán.
  
Como algo característico y frecuente producto de la mala planeación administrativa, en Pasto capital de Nariño, urbe que emerge del valle de Atriz, encantador, de donde nadie hubiésemos querido salir ; Abunda el desempleo y los trabajos informales.  "La guerra del centavo" sustento de apenas unos pocos que resignados se mantienen. En mi época de egresado junto con otros que también corrieron con la misma suerte, después de ser constantes por  muchos años en el estudio, de mantenernos prestantes en las desoladas aulas del colegio y la universidad, de hacer que en el empeño, nuestros padres acaben con sus propios recursos económicos, o como en mi caso de cargar a mis espaldas con la  responsabilidad de pagar en cuotas una deuda adquirida, por muchos años; por el único anhelo de lograr un futuro próspero y digno, siéndole útil a la sociedad. Pero no, la realidad fue otra. Se sale  de las aulas a la calle a no hacer nada, porque no hay nada que hacer; sino deambular con el título bajo el brazo buscando una oportunidad de hacer algo. ¡Todo está copado! Las oportunidades de trabajo son pocas para los muchos egresados de universidades en las distintas promociones de carreras  técnicas, tecnológicas y profesionales que cada año salen. Después de un esfuerzo de muchos años solo quedan como alternativas volverse: conductores de taxis, artesanos, negociantes informales, locos soñadores, traficantes, o políticos.
  
Muchos viven de las influencias, con gubernativos de turno prestantes, panacea  de unos pocos con suerte e infortunio de otros del común. ¿Y qué ocurre? Simplemente, sino se posee "la palanca", su futuro  será quedarse desempleado por  mucho tiempo. Eso fue, lo que a mí me ocurrió. Después de salir preparado de los claustros educativos, duré un tiempo midiendo las calles de arriba, abajo,  llevando hojas de vida donde me decían que había la oportunidad de encontrar trabajo, la vacante. Y  al no encontrar nada, en un momento de desespero decidí volverme apátrida, de dejar todo lo bello que me ataba, mi novia, mis amigos, mi hogar, mi tierra natal, de resignarme a sufrir la condena  de vivir del recuerdo en mi largo camino que estaba a punto de emprender. En principio fue descabellada la decisión de probar suerte en otro lugar lejos de mi patria chica por una justa causa, el trabajo.  Para unas festividades, en pleno carnaval de "blancos y negros", un cinco de enero de 1973, después de haber pospuesto mi viaje tras muchos intentos fallidos; allí estaba yo en recepción de la estación de transporte, esperando la flota de turno que me iba a llevar a la gran ciudad. También mi novia, su familia  y la mía me acompañaban,  estaban allí animándome, dándome alientos de no volver abortar el intento, despidiéndome. La escena se tornaba triste. Las lágrimas de mi madre, junto con las de mi novia y las mías no cesaban, se confundían con la negra tintura que al paso nos habían untado en la cara con la coloquial frase "amigazo... una pintica" como muestra solemne de celebración por ser el día de negritos en el carnaval.
  
Mi bagaje, era una singular caja de cartón bien amarrada con mis pertenencias adentro, en mi alma acorazada se desataba toda una policromía pletórica de ilusiones que hacía contraste con los sentimientos encontrados producto del temor y la incertidumbre que produce un largo viaje por primera vez, la capital principal de Colombia "Bogotá". Realmente  no la conocía. Solamente había oído hablar de ella en dos ocasiones por hechos que aún recuerdo y que en ese momento los tenía presentes: Uno, el conmovedor beso de su santidad el "Papa Pablo VI", en el asfalto del aeropuerto "El Dorado", en el año 1968,  cuando visitaba ésta ciudad procedente de Roma, para asistir al XXXIX Congreso Eucarístico Internacional, que fue todo una noticia a nivel nacional y todo un suceso en mi segunda tierra natal, "Pasto". Fue trascendental el cubrimiento del desarrollo de la noticia de este magno evento trasmitido por todos los medios de comunicación radio y televisión, que en esa época operaba en blanco y negro, y que tenerla, era privilegio de algunos hogares y adelanto tecnológico de algunas ciudades poseer el servicio de antenas re-transmisoras Alfa y Beta de televisión; logrado talvez puntualmente por algunos gobernadores que buscaban por esto, llenarse de  meritos para pelear ser reelegidos, como premio sin precedentes a su plausible gestión.  Dos, el famoso toque de queda y estado de sitio declarado a la ciudad de Bogotá, desde el capitolio por reloj, contado minuto a minuto a la nación por el entonces presidente Carlos Lleras Restrepo, en 1970, aprovechando la señal de televisión, debido al intento golpista de los seguidores del general Gustavo Rojas Pinilla, quién había perdido las elecciones frente a su contrincante Misael Pastrana Borrero, según algunos seguidores por un fraude electoral.
  
Lo cierto del relato, es que después de un largo viaje, a una estación de transporte de la gran urbe fui a parar sin contratiempos  en el viaje, y allí empezó mi odisea. Lo que para unos es toda una dura lección de vida por no tener claro sus metas desde un comienzo, para mí  "el protagonista preparado académicamente" fue una alocada decisión sin precedentes de abandonarlo todo para salir a probar suerte a otro lugar sin mediar consecuencias, buscando trabajo. Desde ese entonces la estadía en la capital ha sido como "un chiste Pastuso" por los dramáticos sucesos buenos y malos ocurridos en vida de foráneo residente en la gran ciudad. Todo esto antes que soportar de mi pequeña ciudad la indiferencia por años y los efectos de una realidad cruda y atroz como es la del "desempleo".
  
  
  
  
Página 1 / 1
Foto del autor latigo negro
Textos Publicados: 4
Miembro desde: Apr 15, 2009
2 Comentarios 761 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

“La educación y la cultura no lo son todo ni lo suficientemente básicos sino se estructura una personalidad con principios, sin escrúpulos, con objetivos claros y metas para lograr la superación por la vida con éxito”

Palabras Clave: volcán política ciudad Pasto cordillera blancos y negros carnaval

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (2)add comment
menos espacio | mas espacio

Jose Alonso Mora Moscoso

Bonito relato de nuestra querida patria, vale por esa

Alonso
Responder
June 08, 2009
 

Carlos Campos Serna

Estimado amigo, esta es nuestra latinoamérica, las situaciones nos llevan a otros sitios para buscar el desarrollo personal. Desgraciadamente nuestros gobernantes apuestan a la centralización de la economía y olvidan el resto del pueblo, a la gente del campo. Los que hicimos el esfuerzo de capacitarnos tenemos que dejar nuestras raíces para un futuro mejor. Pero de todo esto, no tenemos que olvidar esa cepa, es decir, la semilla de donde venimos para mostrar a las nuevas generaciones que si se puede crecer sin envidias y competencia, aunque a veces este camino te lleve a abandonar tu país.

Saludos
Responder
May 31, 2009
 

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy