¿Acaso una jovén no puede sentir orgullo?, Cuando todo lo demás la abandona, cuando renuncia a, cuando el mundo entero la rehusa… ¿No debe tener por lo menos la balsa del orgullo para no salir ahogada?, ¿No debe aferrarse a ella para no morir?... ¿No debe crear un nuevo mundo sobre esa balsa frágil?... Tal vez el mismísimo orgullo le susurre que no debe decirle que sí a la vida, que no puede vivir de ese modo, que debe quitarsela... Y ahí será cuando la jóven muera ahogada sobre su propia balsa de orgullo, aferrada a ella, pegada a ella.. Y será ahí cuando el orgullo le diga que sus pecados en verdad nunca fuerone eso, ella no se arrepentirá de las cosas que mancharon sus manos toda la vida, ahora creerá que eso realmente estuvo bien… El señor de blanco se decepcionará y cerrará su maldita puerta… Mientás que una melodía alterante se aproximará junto con el hombre de rojo, quien se levará a ella y a su orgullo a quemarse por siempre bajo el suelo.