Las sales del mundo te crearon
para que repobláramos montes y espacios.
Perdida la montés mujer de Lot
se juntaron en ti vida y segundo.
Te formaron bisagras constelares
y una cabellera que trajeron los pájaros.
Tu piel se multipilcó maravillosa
sobre el amplio alfabeto que es tu cuerpo.
Y las mariposas vinieron a tu encuentro
como vengo yo con mis brazos en aspa
para mostrarte la simetría de las tardes.