"Desencuentro", (continuacin) Parte 4
Publicado en May 30, 2010
(continuación) Estaba inquieta pero no se sentía sola por haber reñido otra vez con Sergio. Pensaba que el mundo era así. La relación se transformó con el tiempo en lo que llamaba un "relación crepuscular", es decir, sin la posibilidad de recuperar aquella época en que una vez, en una esquela, escribió simplemente: "Soy feliz". Sin embargo, a pesar de que la separación había sido empujada por no aceptar los trabajos nocturnos, aún creía amarlo, y quizás por eso. De Sergio le habían quedado muchos recuerdos, y por cierto, la lluvia que golpeaba su frente el día que lo decidieron. Ella deseaba tener ese bebé. Lo quería desde mucho antes de saber que estaba embarazada. Él se opuso; otras cosas tenía en su cabeza. Nada de inconvenientes que lo retuvieran en un círculo. No quería el bebé. Julia se asustó como una paloma cuando él le habló de su propósito. Luego pensó varios días echada en la cama, y por fin un día comprendió. El asunto era muy sencillo: eso no se hace. De pronto llevaba un trozo de verdad a su boca. Clin, clin, clan, hacía el xilófono; clararín, clin, clin. Salía una música liviana de xilófonos, lo bastante liviana como para no distraerse de la lectura. -Modern Jazz Quartet- dijo Sergio llevándose un dedo a la frente mientras leía por tercera vez, el mail que en su correo le dejara Julia: ..."te ruego que trates de convencerte que es lo mejor para los dos. Te ruego que no me busques." Pero la buscó de inmediato: no podía estar separado de ella tantos días. El teléfono no respondía; tampoco contestaba los mails. Y una noche de lluvia la encontró caminando por la Avenida de Mayo; y mojándose los dos,él insistió, y así como quien tiene todo resuelto, lo decidieron. Él habló de un cirujano en Congreso. Julia lo miró, pero no estaba angustiada. "No luchar contra lo inevitable", pensó; porque no quería perderlo, y al fin de cuentas lo amaba. Salieron después de bar y la lluvia volvió a alojarlos. -¿En qué pensás?- murmuró él. -En que me estoy mojando. -Gracias, sos muy amable- dijo él irónicamente- tenés que respetar el orden del que te hablé. -¿El orden...? -Me refiero al orden sucesivo del que hablamos: primero a la casa de Carol,despues la visita al cirujano, los análisis..., qué se yo... pero lo más imperioso es que hables con Carol. Estaba claro que él no la acompañaría. -Sí- susurró Julia- respetaré el orden. Ayer hablé con Carol, pero no le dije que... -Sin modificar nada- dijo él- sin modificar. ¿Te parece que todo se arregará en la fecha fijada? Y recordó que todo se arreglaba siempre, tal como lo preveía él, y esa vez también, a pesar de que ella se tornara temerosa y callada. La abrazó, la besó, justo cuando la lluvia amainaba. Sonrieron los dos. Cómo desatar el nudo, cómo volver atrás. Cómo ocultarse de sí misma cuando estaba tan presente en medio de esa realidad. Cómo regresar de esa historia.
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Hoz Leudnadez
Guille Capece
recien hoy (18-4-13) respondo a tu mensaje...
viste? todo quedo por alli, cajoneado, tirado, y no se siguio con el proyecto.
La novela o cuento largo se perdio... estoy seco.
Abrazo
Guillermo
Guillermo Capece
.......es mas fuerte que la mia.
saludos
Guillermo Capece
gracias por tus opiniones, y por tu fe en mis escritos que, a decir verdad. es mas fuerte q
Elvira Domnguez Saavedra