Lleno de borrones infinitos
y tachaduras en mis dos hombreras.
Siendo oprimido por la noche
entre los cantos de grillos instantáneos.
Cuando quieres arrancarme el alma
y deseas arrastrarme hasta el cero.
Cuando quieres crucificarme en los peñascos
y darme por carroña a los zamuros.
Escapo yo por las alcantarillas
hacia una princesa que me llama salvajemente.
Para nada sirve el peso de tu odio
si me rodean robustas vigas amorosas.