La historia de un tal Rosendo
Publicado en Jun 14, 2010
LA HISTORIA DE UN "TAL ROSENDO"
(Recitado gauchesco) Cuenta la historia un paisano, que sucedió monte adentro En un pueblo muy lejano, allá en el norte chaqueño Nadie sabe de adonde, llegó al pueblo un forastero Con ropas muy elegantes, lleno de oro su cuerpo Y enamoró a una chinita, de aquel pueblo tan pequeño Al poco tiempo nomás, embarazó a la María Y nunca más se lo vio, dejando sola a la niña Justo a las nueve lunas, nació su hijo, Rosendo Ella quedó en el parto, dejando a su hijo huérfano. Y así comienza la historia, se fue creciendo el Rosendo Entre parientes y amigos, le dieron vida al pequeño. Cuando fue adolescente, tomo el oficio de hachero Abasteciendo con leña, a casi todo su pueblo. Cuentan los pueblerinos, en el boliche del pueblo Que lo sorprendió la noche, en ese monte chaqueño Tirando de un viejo burro, a su carrito leñero Lo acompañaban a su lado una jauría de perros. ¡el burro se le espantó! ¡se silenciaron los perros! Cuando una luz muy potente, se apareció en el sendero Entre una bola de fuego, fue dibujándose un cuerpo Que avanzaba a grandes pasos, hacia Rosendo el hachero Quien frenándose de golpe, corrió para atrás a los perros Elevó su brazo al viento, manoteando el caronero Y le dijo: hasta ahí nomás compañero, que anda haciendo monte adentro. Que motivo me lo trae, justo a mí en este encuentro Soy el diablo contestó, vengo a buscarte Rosendo Porque tú me perteneces, quiero llevarte al infierno No le va a hacer fácil señor, llevarse a este hachero Que ha sido bautizado, cuando niño en mi pueblo. Y tendremos que jugarnos, si me gana yo me entrego Y sino tendrá que irse muy solito, para el infierno Comenzando la pelea, entre ponchazos y fierros No se perdían pisada, con movimientos certeros. Rosendo al diablo le preguntó, porque te importa mi cuero Si yo no tengo riquezas, apenas soy un hachero Sin más que un carrito, un burro, un hacha y una jauría de perros Que acompañan mi trabajo, por los días monte adentro. Es por eso que he venido! Porque sos bueno Rosendo! Yo soy un diablo viejo, que llegó un día a tu pueblo Y enamoró a una chinita, para tener diablos nuevos Yo te he venido a buscar para llevarte al infierno. Y así pasaron la noche, peleando sin darse tregua Sin enterarse Rosendo, que frente a él se encontraba Su padre, el forastero, era ese diablo hoy viejo Que enamoró a su madre, allá en ese pueblo chaqueño. Siguieron con la pelea, se fue opacando el lucero Creciendo rayos de luces, iluminando el sendero. La mañana se hizo presente, alumbrando a aquellos cuerpos. El diablo entonces le dijo, me has ganado en este encuentro. Sos bueno con el cuchillo y más bueno en sentimientos O quizás ya esté muy viejo, para pelear por tu cuero Diciendo estas palabras, se perdió allí monte adentro. Dicen que aquel tal Rosendo, cuando llegaba la noche Se metía monte adentro, buscando a un viejo diablo Perdido por los senderos, de aquel monte chaqueño. Algunos paisanos cuentan, que una noche se encontraron Que fue dura la pelea y que los dos se agotaron Y viendo el diablo viejo, que no podía matarlo Le contó aquel secreto, por el cual venía a buscarlo. Ya ha transcurrido el tiempo, en la vida del hachero La muerte lo sorprendió, cuando ya era muy viejo Lo velaron en su rancho, lo acompañó todo un pueblo Esa noche en el velorio, se presentó un forastero Vestido muy elegante, lleno de oro su cuerpo Se acercó muy lentamente, donde yacía su cuerpo Dejó escapar una lágrima, por aquel su hijo muerto. La noche lo fue cubriendo y se perdió entre la gente Junto con la mañana, la llegada del entierro Se vio surcar unas nubes, por el cielo de aquel pueblo Dibujándose un hachero, igualito que Rosendo. Autor: Luís O. M. Labeguerie.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|