Mas sucesos en lo de Robertito Botante, (cont.) Parte 12
Publicado en Jun 15, 2010
(continuación)
Empezó a sonar una música fuerte en el parque que salía de una ventana cercana. Sergio necesitó distanciarse de esa vieja historia de locura, y apresuró el paso. Robertito que lo seguía comenzó a tomar otra dimensión para él, como si recién descubriera su presencia, porque ya empezaba a sentir desconfianza. Cuando se acercaban a la ventana desde donde salía esa música recurrente, las campanas del reloj de carrillón dieron las diez, y la música cesó. Los árboles del parque eran viejos ejemplares, algunos verdes, otros zizgueando el otoño. El césped estaba descuidado. Cercana, había una fuente de piedra de la que surgía a intervalos, chorros indecisos de agua. Por la ventana se asomó un hombre gordo, calvo, con el rostro enrojecido, y saludó: -Buenas noches a los dos. -Es el viejo jardinero -dijo por lo bajo Robertito- pero no lo saludó. -Buenas noches a los dos -repitió el viejo. -Buenas noches- saludó Sergio -¡Tonto!- lo increpó Robertito- ahora no te dejará, te seguira como un perro fiel. Sergio quiso preguntar a su amigo pero caminó más ligero, casi comenzó a trotar, alejándose de la ventana. -¡A los dos! -gritaba el viejo- ¿quién es el maricón? ¡la puta madre! ¡la puta madre! -¡Se ha enloquecido otra vez! ¡Está en pleno brote! -exclamó Robertito. Y por un momento fue su único comentario. En el camino un cantero medio deshecho les dió la oportunidad de sentarse. Robertito lió un cigarrillo. Entre los dos fumaron. -Era el jardinero de la casa- se llama Fuego; aquí nació, aquí enloqueció, y aquí morirá. -¿Cómo dijiste que se llama? -inquirió Sergio -Fuego- es un nombre extraño, como es él. A veces está en el cielo, pero las más en el infierno, pero refulge. -Escribe extraños poemas con tinta roja -añadió Robertito- tienen algo de desconsolable, de estupor, a veces son decadentes, a veces tiene la luz y la verdad. -Rober- y cayó en la cuenta que por primera vez lo llamaba así- Rober- repitió Sergio- parece que los has leído bien. -Sí. Junté unos cuantos cuando Fuego los tiraba por la ventana, y se los mostré a un amigo de un bar de Palermo que algo entiende de estas cosas. Me dijo que eran poesía en estado puro. Que escribe no sólo con el alma, sino con todo el cuerpo, incluyendo el alcohol que toma .De manera que los guardé. -Pero...¿no tiene familia? Sergio creyó ver una ligera turbación en su amigo. -Su familia somos los Botante. Pero ahora que le hablaste no te dejará en paz. Te reconocerá y querrá que seas portador de sus mensajes. -No me verá más -dijo extrañado Sergio- no vendré más. Pero no había seguridad en sus palabras. Estaba seducido por la situación. No sabía de qué mensajes le hablaba.
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Guillermo Capece
gracias por lo que me decís del parrafo escrito. Te deje un Mensaje, leelo.
Hoz Leudnadez
Elvira Domnguez Saavedra
Daniel Florentino Lpez
Desopilante...
Saludos
Daniel