Fragmento de: Sesiones Encontradas: V Flácidos Actos, hits musicales antes de meterse un balazo y el placer de una muerte lenta.... 
 
 
Acto III:
Adiós Natalia, Un Bello Sueño Inalcanzable
(Contiene fragmento del Simio Drogadicto y la Filosofía Tarzanesca)


El dogmatismo "Humano" y esa fuerza de confiar ciegamente en algo... el universo es regido por fuerzas sobrenaturales que se mantienen en armonía y completa perfección; ese espíritu guía que cuida de cada uno de nosotros. Esa fuerza astral invisible ante la percepción humana, yo la interpreto como mi ángel de bolsillo: un bello ser etéreo que maneja mi cordura y mi seguridad, me ha sacado con vida en miles de batallas donde he salido bastante lastimado, bastante aporreado, pero con mi existencia intacta; "este ángel me ha sobado el culo cada mañana después de sobrevivir a ese tedioso aterrizaje al despertar". Vaya que piadoso ser, que hermosa fuerza superior, jamás lo había notado pero tengo la certeza que un ángel microscópico que se hospeda en mi bolsillo cuida de mí.


He destripado las canciones de amor y busco refugio en los gritos punk para olvidar aquellas cosas que alguna vez amé; algunas veces finjo ser estúpido para evitar la realidad de este mundo pendejo: el odio a la sociedad de la lirica punk y la protesta contra algo que no pueden cambiar es una total perdida de tiempo, mi odio al amor y mi lucha constate contra este, hacen semejarme a un punk-rocker... darme a la pena de decirte adiós es algo que no puedo aceptar vida mía, mientras trato de hacer una huelga contra mis sentimientos, me rehúso a perder esa batalla, mientras intento mantenerme firme un instante más, confiando mi vida nuevamente a aquel ángel microscópico.


Adiós Natalia, me alejo llorando y con las manos en los bolsillos buscando a mi ángel microscópico, intentando encontrarlo para que proteja mi existencia y sane mis heridas. Eres un bello sueño inalcanzable, una dulce esperanza que se desvanece en la inmensidad del vacio, me alejo silbando, me alejo llorando, mientras recuerdo en pedirte de vuelta aquel corazón que alguna vez te regalé, y que ahora devoras así como una cobarde hiena consume los restos de mortecina que ha encontrado en la selva en la mitad de la noche y que vorazmente consume lo que anteriormente fue el alimento de una manada de leones hambrientos.

Devuélveme el corazón y luego aléjate si es lo que realmente quieres, que yo encomendaré nuevamente mi existencia a aquel ángel que habita en mi bolsillo.

Vida mía, contigo aprendí tantas cosas y nunca tuve el tiempo de informarte, tal vez no vi la necesidad de decírtelo, no me gusta ver lo obvio y ni demostrarlo, por eso no suelo dar explicaciones, aunque si las pido cuando soy demasiado estúpido; contigo aprendí a no fingir y a encontrar las palabras adecuadas para describir mis sentimientos, a dar respuestas sinceras y no lo que quisieses escuchar, eso jamás pasó con otras chicas porque nunca las amé, (solo las devoré y me alimente de su llanto, que me nutre como el lagarto que soy)... aprendí a sentir el verdadero amor y el sufrimiento que este conlleva, ¿sabes que el amor es algo contraproducente si lo idealizas y no lo sientes?, te reitero, siento el amor así como siento tu silencio y tu vacio cuando te miro a los ojos, (jamás había mirado a nadie a los ojos, pues no me sentía con los cojones suficientes para sostener una mirada a otra chica, sabiendo que estaba fingiendo e idealizándome el amor para no sentirme solo), eso me paso mil y una vez; contigo fue diferente pero no lo notaste, tal vez no supe hacerlo notar, tal vez no fue lo suficientemente fuerte para que lo notaras; reitero nunca me ha gustado lo obvio, tenemos una percepción del mundo totalmente igual pero diferentes son los mundos que habitamos.

Adiós Natalia, te digo ahora con el dolor en mi alma, espero que aquel ángel microscópico que habita en mi bolsillo sea capaz de sanar esta herida sin dejar una cicatriz, como las muchas que tiene mi cuerpo, adiós Natalia te escribo en una tarde soleada de las que suelo odiar, adiós Natalia te escribo mientras bebo unos tragos de café ¿recuerdas que odio el café?, odio el café así como odio las tardes calurosas y el momento en que diga adiós mirándote a los ojos y me devuelvas el corazón que ya no quiero que consumas sino te sientes en capacidad de cuidarlo.
"Hay un momento en la vida de cada hombre donde debe aprender a amar lo que odia, si desea aprender a odiar lo que ama", creo que eso lo aprendí de ti, aunque nunca pronunciaste esas palabras.

Creo que el ángel microscópico tendrá mucho trabajo últimamente, tal vez tendrá que aprender a jugar con el simio drogadicto mientras cura las heridas de esta ultima batalla que algún día sentí ganada por unos instantes y  luego cuando me vi atrincherado hice lo posible por mantenerme de pie por un instante mas. La vida se ha ocupado en darme escopetazos a quemarropa y siempre traté de resistirlos como el hombre fuerte que soy egoístamente. (un tipo sabio dijo alguna vez que la esperanza es lo ultimo que se pierde), yo creo que sin fuerza no hay esperanza, miles de hombres han muerto en el desierto calcinados por el sol, han cesado en silencio y su con su boca reseca por la arena que se cuela dentro de ella; ellos tuvieron la esperanza de encontrar algún oasis para poder resistir, pero ya ves, la fuerza se les agotó y desistieron a su esperanza, el ángel microscópico que habitaba en sus bolsillos no pudo hacer nada para sanar sus heridas y decidió manchar la arena con el detrito de sus sesos al mismo tiempo en que sus custodiados morían de sed, (siempre me han llamado la atención las muertes lentas... Éxtasis dilatado... esa debería ser la mejor manera de disfrutar el momento más bello de cada ser viviente), yo estoy lleno de escopetazos y seguiré de pie hasta que me pegues el último tiro en la sien... vida mía: ¡trata de darme ese balazo con tanta fuerza que lo sienta hasta el fondo de mis sesos!!! Total no he de morir, al menos no todavía, pero si necesito saber que perdí esta batalla y que posiblemente aquel ángel no tendrá en su botiquín los medicamentos suficientes para sanarme.
Hoy hablé con Speed e intenté pedirle un consejo. Ese tipo loco y yo nos parecemos demasiado, ahora yo también perdí una parte de mi, y eso me acerca mas a ese tipo desquiciado, poseemos los mismos problemas de amor.


¿Sabias que Speed también perdió aquello que mas amó alguna vez?

El tipo jamás pudo resignarse a perder su amor y se dedicó a una vida de fracasos, de drogas y videojuegos, de excesos y filosofía barata... fue tan grande la perdida de aquel hombre que jamás luchó por alcanzar sus sueños y los reflejó en un personaje que creó su mente llamado Speedy: un simio desgastado, de contextura delgada, de dos metros de alto que se mueve a gran velocidad sobre los canales del cerebro de Speed, adicto a la anfetamina y al punk,  usa traje elegante y unos lentes que lo hacen parecer intelectual, pero en realidad son para disimular un poco sus ojeras, el simio duerme pocas horas a la semana igual que yo, igual que Speed. El simio pasa sus ratos de ocio filosofando, creando vagos pensamientos que dan sentido a la vida de aquel hombre loco, algo mediocre e inmaduro para sus cuarenta años, llamado Speed, mientras que muchas veces adopto los pensamientos de Speedy y los aplico en mi cotidianidad.

¿Sabias que Speed es un personaje que existe solo en mi imaginación?

Soy el reflejo de un simio existente en la cabeza de un tipo inexistente; por eso todo el tiempo te preguntaba si eras real.

 (Continua fragmento del Simio Drogadicto y la Filosofía Tarzanesca)